Yerba: entre la caída del consumo y el aumento de las importaciones
Un fenómeno de caída de consumo semejante al producto icónico de la familia argentina (la carne vacuna) se produce con otro de no menor repercusión: la yerba mate. En un punto las razones coinc...
Un fenómeno de caída de consumo semejante al producto icónico de la familia argentina (la carne vacuna) se produce con otro de no menor repercusión: la yerba mate. En un punto las razones coinciden (un menor poder adquisitivo que, en realidad, afecta a casi toda la canasta familiar), pero en lo estructural no son las mismas.
De acuerdo con un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) de este noviembre, el producto cayó el 8,8 % en la comparación interanual, al tiempo que el consumo, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), pasó de 6,27 kilos por habitante por año a 6,07 k/h/a.
A este panorama se suma la caída de las exportaciones, que venían en alza en el último tiempo, pero que de enero a septiembre disminuyeron el 16,4 % si se las compara con el promedio de los años 2020 a 2023.
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), los mercados que explican esta circunstancia provienen de la Unión Europea (UE) y otros países del continente asiático.
A este contexto —menos consumo y exportaciones— se suma otro factor endógeno: una de las mejores cosechas de los últimos años (léase incremento de stocks, con todo lo que eso conlleva en el valor del precio del producto).
Finalmente, como si lo anterior no fuera poco, desde el sector afirman que la desregulación —propuesta desde la presidencia de Javier Milei— se agrava con la Resolución General 5.490/2024 —del último marzo por 120 días, pero extendida por la RG 5.527 hasta este martes 31 de diciembre— de reducir impuestos a las importaciones de productos de primera necesidad, incluidas las materias primas y la primera elaboración.
En ese sentido, los datos del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) registran un incremento del 149 % en las importaciones de yerba mate, desde canchada y molida para empaquetar, de Brasil y del Paraguay.
¿El perjuicio para los productores? Según la CEPA, la materia prima ingresa a un costo promedio de 1,2 dólares por kilo que, al valor oficial más el impuesto PAÍS (eliminado este lunes 23), llegaba a casi 1.300 pesos. En cambio, la yerba canchada, que en abril de este año se compraba en secaderos a $ 1.406, se está reponiendo a precios más bajos.
“Esto permite a los industriales pagar menos por la canchada o la hoja verde, además de extender los plazos de pago, lo que genera un impacto económico negativo considerable para los productores locales”, se explica.
También se concluye que deteriora la relación precio al productor versus precio de góndola.
“Si se analiza la relación entre lo que recibe el productor y el precio de góndola, el primero sólo logra captar el 5,7 % del precio de venta en góndola; esto es, 1,3 p.p. menos que en septiembre de 2023 y 2,4 p.p. menos que el promedio 2020-2023. Desde 2019, se trata del peor momento del ratio entre los precios al productor y en góndola por kilo”, se explica.
Otra visión se aporta desde el Instituto de Economía (Ineco) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), a cargo del economista Fausto Spotorno: “La decisión de eliminar la capacidad reguladora del Instituto Nacional de la Yerba Mate marcó un cambio radical en la estructura de mercado, otorgando a los distintos actores de la cadena productiva una mayor libertad para operar bajo las reglas de la oferta y la demanda. Hasta ese momento, el INYM tenía un papel central en la regulación, estableciendo precios de referencia para la hoja verde y la yerba canchada, elementos clave en las primeras etapas de la producción”.
¿El mercado? La CEPA indica que la producción primaria se encuentra atomizada. Son 12.000 pequeños productores en una cuenca con 228 establecimientos que operan como secaderos registrados a nivel nacional y 105 industrias molineras y fraccionadoras, pero sólo las 10 primeras del ranking de producción industrial acumulan el 72,7 % del mercado. Las Marías, Liebig y Santa Ana (con presentaciones varias y variadas), que son las tres primeras, explican el 41 %.
Para Ineco, está claro de que el proceso de desregulación del mercado de la yerba mate en la Argentina ha transformado su estructura y funcionamiento.
“Aunque el ajuste inicial de precios resultó en un aumento significativo, la posterior estabilización ha demostrado que el mercado puede adaptarse a las nuevas condiciones. El sector enfrenta, ahora, un escenario desafiante, con la necesidad de equilibrar los intereses de los distintos actores de la cadena y mejorar la competitividad. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para asegurar la sostenibilidad y el crecimiento del mercado yerbatero en el futuro”, se admite.
Justamente, este es el gran desafío. Las reuniones de estas semanas entre los actores clave del sector (¿mate de por medio?) serán decisivas para encontrar las soluciones.
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