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Transformación en el mercado de alimentos: Brasil y la India marcan el rumbo

En el mercado mundial de alimentos se continúa acentuando una gran transformación a partir de los dos países que, como exportadores e importadores de alimentos, son algo más que una tendencia. ...

Transformación en el mercado de alimentos: Brasil y la India marcan el rumbo

En el mercado mundial de alimentos se continúa acentuando una gran transformación a partir de los dos países que, como exportadores e importadores de alimentos, son algo más que una tendencia. ...

En el mercado mundial de alimentos se continúa acentuando una gran transformación a partir de los dos países que, como exportadores e importadores de alimentos, son algo más que una tendencia. Más allá de la norma general, está claro de que las cuestiones geopolíticas también inciden respecto de las distintas actividades en el sector agropecuario.

Según Enrique Erize, analista de mercados agrícolas, uno de los procesos más disruptivos se produce en la oferta.

“Nos guste o no, hoy el granero del mundo es Brasil”, aseguró, con su habitual forma de comunicar.

Para argumentar la definición, añadió un ejemplo respecto de la sorprendente expansión que ha tenido el gigante sudamericano.

“Hace 25 años que doy clases y entonces decía que los Estados Unidos iba a ser el exportador número uno de maíz para siempre; pero al final Brasil lo superó. No para de crecer; es una pesadilla”, indicó.

“Están proyectando aumentar la superficie agrícola en 15 millones de hectáreas y sin tocar el Amazonas”, añadió Erize.

Del mismo modo, citó la contracara de Brasil. “La India no sólo ya superó en población a China y de por sí eso ya es importante, sino que también es relevante en cómo está compuesta su pirámide poblacional”, comentó.

“Mientras en China la política que prohibió a las familias tener más de un hijo durante mucho tiempo generó un envejecimiento que, hoy, complica mantener altas tasas de crecimiento, en India no hubo control de natalidad y por eso su demanda no tiene techo”, explicó.

“Entre los grandes, India es el único país del mundo que está con crecimiento demográfico en edades económicamente activas”, sostuvo.

“Por eso es la demanda del mercado en el futuro. India puede ser en los próximos 20 años lo que fue China en los últimos 20. Y no olvidemos que, si no fuera por China, la soja valdría 200 dólares”, describió.

Las declaraciones de Erize fueron realizadas en el marco de una jornada técnica realizada por Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera) en la ciudad de Córdoba.

“Este dato no es menor en el mercado de legumbres, en el cual la India es uno de los mayores productores y consumidores mundiales. Y de allí que se espera que, en breve, sea el mayor importador a nivel global”, aseguró.

Ampliando la mirada sobre el panorama del comercio mundial de granos, que promete un escenario bajista, el analista señaló que —hacia el año 2025— el maíz puede ser mejor negocio que la soja.

“En el corto y mediano plazo, hay un escenario de precios bajistas para los granos, pero con algunos condicionantes que podrían eventualmente revertir la tendencia”, dijo.

“En el largo plazo, existe un peso específico global cada vez más grande que es India como comprador de alimentos, reemplazando a China”, señaló Erize.

El consultor dijo que, en la actualidad, ya no alcanza con sólo analizar los fundamentals de oferta y demanda para predecir el comportamiento del mercado granario. Es decir, las variables que definen la estructura de la oferta y la demanda, la relación stock/consumo, las exportaciones y las importaciones.

“Ahora también es necesario sumar a los technicals, lo que se refiere fundamentalmente a la irrupción de los fondos especulativos que operan en Chicago, tal como lo hacen en las grandes Bolsas de Valores tradicionales”, afirmó.

“Los fondos especulativos de inversión hoy son esenciales en la formación de precios”, puntualizó Erize.

Al mismo tiempo, ponderó la relevancia de la geopolítica. “Nadie puede discutir que el mundo se ha sacudido en los últimos años”, recordó el consultor, en referencia a los múltiples conflictos comerciales, diplomáticos y bélicos que suceden en Europa y en Medio Oriente, principalmente, pero también con el sudeste asiático.

En cuanto al mercado granario actual, Erize reafirmó que la sumatoria de factores bajistas tienen que ver —en principio— con el exceso de oferta, sobre todo en el caso de la soja.

“Sucede que los tres jugadores más importantes de ese cultivo, que son los Estados Unidos, Brasil y la Argentina, tienen pronósticos de cosecha récord o, cuanto menos, con fuerte crecimiento”, comentó.

En el caso del maíz también hay perspectivas de una oferta mundial importante, pero con algunas salvedades que podrían tener impacto en los precios.

En primer lugar dijo que la cosecha récord de soja en Brasil será con una siembra que se demoró, lo que afectará la campaña de maíz y, por ende, evitará que el cereal brasileño también marque un máximo histórico.

Mientras tanto, en los Estados Unidos se implantará menos maíz, y en la Argentina se prevé un derrumbe, también, por el temor a la chicharrita y a otros factores financieros y climáticos, como el riesgo eventual de un fenómeno La Niña.

“Quiero decir: el maíz puede ser la vedette de 2025, pero no la soja”, aseguró.

En cuanto al escenario geopolítico mundial, Erize contó que todo puede cambiar respecto de las medidas que tome el presidente electo Donald Trump en su retorno a la Casa Blanca y en el marco de la disputa con China.

“Si eleva las tasas de interés, como se teme, eso podría impactar negativamente en los commodities, pero si renueva la guerra con China, y como represalia el gigante asiático deja de importar soja de los Estados Unidos, significa que comprará más en Brasil y la Argentina, lo que podría aumentar las primas que se pagan en estos orígenes por encima de Chicago”, explicó.

Asimismo, otro factor geopolítico global que el analista consideró clave son las protestas que están realizando productores agrícolas de todo el mundo debido, justamente, a los precios en caída de los alimentos.

“Hay una rebelión mundial. Los productores están enojados con precios que no dan y costos que suben”, dijo Erize.

“¿Hasta cuándo aguanta el mundo con estos precios internacionales bajos? Hay una rebelión mundial. Los productores están enojados con precios que no dan y costos que suben. Con estos valores, por ejemplo, los productores pierden dinero, ya que los precios acá no dan y allá tampoco”, sostuvo.

Respecto de los valores que se están pagando hoy en la Argentina por los granos, Erize señaló que no son bajos si se tiene en cuenta su precio internacional.

“En este momento, el trigo argentino está caro para el mercado mundial: con un FOB de 229 dólares la tonelada, debería salir 188 y está a 200”, detalló.

“El maíz se está pagando con una prima de 45 dólares sobre Chicago, cuando el promedio histórico es U$S 20. Y en la soja pasa algo similar”, concluyó el analista de mercados agrícolas.

Los desafíos para la industria porotera

Con un país que ofrece una gran fortaleza en términos de aptitudes geográficas y climáticas para producir legumbres, el mercado global de estos alimentos ofrece numerosas oportunidades estratégicas para la Argentina, pero el desafío para aprovecharlas es incrementar la calidad de la producción.

En distintos paneles realizados en la jornada de Clera se abordaron las condiciones que se están exigiendo en los mercados de porotos, garbanzos, arvejas y lentejas.

En el panel Outlook del mercado de legumbres, Matías Macera, trading manager de la firma exportadora de legumbres Desdelsur, enfatizó que en Europa están muy atentos al tema trazas de plaguicidas y por eso, si bien no toda la mercadería se testea, remarcó: “Hay que tener cuidado, tener mucha comunicación con el agrónomo y con los productores, porque uno puede enviar un contenedor creyendo que no tiene riesgos de LMR (límites máximos de residuos), pero si hay un rechazo el costo es altísimo”.

Macera se refirió —puntualmente— al mercado del garbanzo, un cultivo del que este año se prevé una fuerte recuperación de la cosecha, al explicar que, actualmente, los valores internacionales se han estabilizado.

En este contexto, mencionó una oportunidad en los garbanzos de calibre grande (9, lo ideal): “En los más chicos hay mucha competencia, ya que Rusia tuvo una cosecha muy grande y se ha metido de lleno a competir en los mercados de harinas y humus”.

Pero la oportunidad es clara: el spread de precio a favor de los calibres entre 7 y 8 es de alrededor de U$S 120 la tonelada y, cuando se llega a 9, pueden ser U$S 200 (siempre que esté garantizada y certificada la calidad).

En arvejas, por su parte, Guido Zoppi, ejecutivo de Agrosud, señaló que la siembra viene creciendo a grandes pasos en la zona núcleo y valoró que se están haciendo importantes inversiones para mejorar en materia de genética.

Tanto en arvejas verdes como amarillas, afirmó que la Argentina se destaca por su calidad y, en el caso de las amarillas, subrayó la oportunidad de crecer en China.

“La arveja amarilla hoy es más un commodity que un speciality: se vende a granel y uso es más forrajero. Lo que habría que trabajar de manera urgente es en reinterpretar el protocolo sanitario, porque China sólo tiene habilitado el ingreso desde la Argentina en bolsas y con la gran cantidad de puertos de carga a granel que tiene nuestro país, hay un potencial en aprovechar eso”, describió.

Por último, Nicolás Karnoubi, representante de Olega y ex presidente de Clera, fue el encargado de analizar la situación de la legumbre estrella dentro del comercio exterior argentino: el poroto.

En primer término lamentó el pésimo saldo que tuvo la última cosecha de poroto blanco: la peor, tanto en cantidad como calidad, desde 2013. Como parámetro: de las casi 200.000 toneladas que se llegaron a exportar en el ciclo 2021/22, este año apenas se orillarán las 20.000 tns., con una consecuente pérdida de mercados, ya que lo que no ofreció la Argentina se obtuvo de otros orígenes.

En el caso del poroto negro los números no fueron tan malos, porque la siembra está más diversificada —no sólo en Salta, que fue donde ocurrieron los graves problemas climáticos— y no se perdieron mercados.

En cuanto al poroto cranberry también fue un desastre productivo, pero no se perdieron mercados porque no aparecieron otros países que pudieran suplir la oferta argentina.

Sumando al análisis también a los porotos colorados y mungos, Karnoubi puntualizó que la producción —en general— viene cayendo en los últimos años, lo que impacta en la pérdida de mercados, y subrayó —como imperioso— un trabajo más fuerte en desarrollo de genética.

“En la Argentina rara vez se superan rendimientos de 1.400 kilos por hectárea; ahí hay un montón para trabajar. Hubo mala suerte climática, sí, pero la industria tiene que hacer un mea culpa de la poca importancia que se le ha dado al trabajo para tener resultados reales en buenas semillas de poroto para sembrar de forma menos arriesgada”, cerró Karnoubi. ((Prensa Clera).

Fuente: https://www.lanueva.com/nota/2024-11-26-5-0-6-transformacion-en-el-mercado-de-alimentos-brasil-y-la-india-marcan-el-rumbo

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