Semáforo Sonoro en Dorrego: el proyecto escolar sobre accesibilidad que se hizo realidad
En Coronel Dorrego, un grupo de estudiantes de cuarto año B del turno tarde de la Escuela Primaria Manuel Belgrano, con la guía de la docente Vanesa Márquez, llevó a cabo un proyecto que busca ...
En Coronel Dorrego, un grupo de estudiantes de cuarto año B del turno tarde de la Escuela Primaria Manuel Belgrano, con la guía de la docente Vanesa Márquez, llevó a cabo un proyecto que busca mejorar la accesibilidad de las personas en la ciudad.
“Nuestro objetivo era hacer de Dorrego un lugar más accesible y empático, comenzando con la instalación de pictogramas en algunos sectores de la ciudad y un semáforo sonoro que no solo beneficiara a personas con discapacidad visual, sino también a personas mayores con movilidad reducida o a quienes necesitan un estímulo adicional, auditivo, mientras esperan en el semáforo, por ejemplo", destacó.
Asimismo, el grupo pensó en que los pictogramas podrían ser útiles para mejorar la comunicación a la hora de identificar instituciones y facilitar el acceso a la información, no solo a personas ciegas o que sean más receptivas a los símbolos, sino también a gente de otros países que hablen diferentes idiomas y hasta niños que aún no saben leer.
El proyecto "Dorrego Accesible" pasó por las instancias distrital y regional y fue finalmente seleccionado para su concreción. Gracias a este reconocimiento, la iniciativa recibió un financiamiento de 600 mil pesos de parte de la Provincia.
Aunque el dinero no alcanzó para desarrollar el mapa de pictogramas, fue suficiente para la construcción del semáforo sonoro en colaboración con la Escuela Técnica Nº 1 de Coronel Dorrego, con la cual articularon el proyecto.
El semáforo sonoro, que será instalado en la intersección de las Avenidas Ricardo Fuertes y Nírido Santagada, contará con un panel electrónico que emitirá sonidos a diferentes velocidades, indicando los momentos seguros para cruzar y alertando sobre el paso de vehículos. Este dispositivo será fundamental para que disintas personas puedan detectar la presencia de automóviles y cruzar con mayor seguridad.
El Ejecutivo se encargará de la instalación del semáforo, y los costos asociados serán cubiertos por la partida presupuestaria correspondiente, según el compromiso asumido. Además, el Concejo Deliberante, que el año pasado declaró el proyecto de interés municipal, aprobó la donación del semáforo por parte de la escuela, resaltando la importancia de la iniciativa.
“Este proyecto no solo fue financiado por Niñez y Adolescencia de la Provincia, sino que también necesita del apoyo continuo del Municipio para su mantenimiento”, añadió la docente.
Márquez, quien acompañó como docente a este grupo en 3º y 4º año, aunque ya no son sus alumnos, comentó que la idea del proyecto surgió a partir de la experiencia de vinculación en el aula con un estudiante con discapacidad auditiva, quien actualmente tiene implantes cocleares.
“La idea de realizar proyectos de inclusión surgió de los mismos chicos porque nosotros trabajábamos con un acompañante externo y utilizábamos otras formas de comunicarnos con Tiziano, desde Lengua de Señas hasta los pictogramas, que son un apoyo para la comunicación", contó.
En este sentido, pensaron en muchas cosas y hasta crearon un juego en el que aparecían situaciones hipotéticas de problemas de accesibilidad.
"No se centraron únicamente en personas con discapacidad, sino en cómo hacer que las soluciones fueran inclusivas para todas las personas", remarcó.
La docente y sus alumnos recorrieron el pueblo y comenzaron a observar desde la necesidad de juegos inclusivos o de tener más rampas hasta la importancia de la comunicación accesible, tomando como ejemplo la Lengua de Señas.
"Lo que los chicos querían era que la sociedad viera que es ella misma la que crea las barreras cuando no aporta los elementos que facilitarían la vida a las personas", dijo.
"Miramos qué cosas podían mejorar en Dorrego. Investigamos las medidas adecuadas para las rampas según la Ley y algunas no tenían el tamaño adecuado", acotó.
Surgieron situaciones como: "Si fulanita va con la abuela al correo, ¿cómo accede la abuela si no hay rampa? ¿Por qué no hay rampa?". Otro ejemplo surgió de la exploración del vivero. Allí había juegos accesibles, pero había barro. ¿Cómo llegamos a los juegos?
"Son cosas que surgen de tener otra mirada de nuestra ciudad, que no es una ciudad educadora al respecto", opinó.