Dichiara: “Un recorte brutal no va en contra del gobernador, sino de todos los bonaerenses”
Más allá del duro contexto económico y social que están viviendo el país y la provincia de Buenos Aires, el año 2024 comenzó en forma auspiciosa para el diputado seccional Alejandro Dic...
Más allá del duro contexto económico y social que están viviendo el país y la provincia de Buenos Aires, el año 2024 comenzó en forma auspiciosa para el diputado seccional Alejandro Dichiara. El montehermoseño accedió a la presidencia de la Cámara Baja bonaerense y en pocas semanas logró no sólo destrabar la aprobación de la ley Fiscal Impositiva, sino también el endeudamiento que había solicitado el gobernador Axel Kicillof y un fondo de fortalecimiento que aliviará a los 135 municipios bonaerenses.
“Comenzamos el año legislativo aprobando las leyes que el gobernador consideraba fundamentales para llevar adelante su gestión, y al mismo tiempo con medidas de alivio para todos los intendentes. Entre ellas, un fondo que les permitirá contar con fondos extras por 116 mil millones de pesos, lo que representa casi 1,5 masas salariales”, destacó el diputado en diálogo con La Nueva.
“Y no sólo eso, sino que hicimos algo que pocas veces se había logrado: conformar en su totalidad las 46 comisiones de trabajo para el período 2024-25. Estamos muy contentos, con muchas ganas”, añadió.
Entre las primeras disposiciones, Dichiara determinó que la Cámara sesione como mínimo una vez al mes, sin contar las sesiones extraordinarias del calendario. También exigió que cada comisión tenga al menos dos reuniones presenciales al mes.
“No tengo nada contra la virtualidad, pero creo que el contacto cara a cara es fundamental para que todos nos entendamos y podamos hablar mejor”, enfatizó.
Entre sus proyectos –algunos ya en marcha y otros en carpeta- está un ciclo de charlas abierto a la comunidad y visitas de grupos de estudiantes de secundario. “Quiero que la Cámara tenga más contacto con la gente, más inserción en la comunidad. Que vengan los chicos, que nos visiten, que puedan hablarnos, conocernos y decirnos en la cara qué ideas tienen”, refirió.
-¿Qué impronta tendrá su mandato en la Cámara Baja?
-La apuesta al diálogo y la búsqueda constante del consenso. No concibo la política de otra forma. Y afortunadamente me he encontrado con una Cámara donde la enorme mayoría de los diputados, si no todos,
-¿Todos los legisladores lo ven así?
-En ese sentido debo decir que estoy gratamente sorprendido, porque me he encontrado con legisladores de mi partido, del Pro, del radicalismo, libertarios, de izquierda que entienden a la política de la misma forma.
-Más allá de la búsqueda de consenso, ¿el objetivo también es mostrar un modelo de gestión distinto al nacional; es decir, más cercano al diálogo que a la confrontación permanente?
-Esta forma de actuar no va en contra de nadie. Es mi forma de ver las cosas y creo que responde al momento en que vivimos y a lo que la gente nos pide: consenso y trabajo mancomunado para llegar cuando antes al objetivo, que es la solución de los problemas de la población. Y eso se logra con buena voluntad, poniéndonos de acuerdo y respetando a las instituciones.
“El Ejecutivo también lo entiende así, y por eso no es avasallante, sino conciliador, con empatía hacia los legisladores, los intendentes, la gente. Vienen momentos muy duros, y por eso la necesidad de un Estado provincial presente que garantice la salud, la educación, que piense en el trabajo y la necesidad de vivienda que tiene la gente. Y para eso hace falta consenso, compromiso y trabajo”.
-La contracara de un gobierno nacional que plantea la reducción del Estado y promueve la confrontación…
-Yo creo en la política como herramienta fundamental para transformar la vida de la gente, y en este marco no concibo la idea de una sociedad sin Estado. ¿Quién, si no el Estado, es capaz de afrontar una obra pública clave para una población pequeña, como tantas que hay en nuestra provincia? ¿El sector privado? No lo creo. En muchos casos, el Estado es la única alternativa que hay para mejorarle la vida a la gente.
-¿Cómo vislumbra este año para la Provincia de Buenos Aires?
-Va a ser un año difícil. El gobierno nacional parece haber apuntado todos los cañones a la provincia de Buenos Aires, sin entender que un recorte brutal de fondos no va en contra del gobernador, sino de todos los bonaerenses. Ajustar por el lado del Fondo Educativo o la coparticipación significa menos recursos para salud y educación.
“Y en paralelo hay una falta de diálogo tremenda. Espero que el presidente baje la espuma de sus declaraciones y empiece a tender puentes de diálogo, porque así no se puede seguir. El consenso se logra dialogando, no ‘pegando’ a gobernadores, intendentes, legisladores, sindicalistas”.
-¿El anunciado Pacto de Mayo podría ser el inicio de una nueva relación con los gobernadores o un intento por maniatarlos?
-Si el presidente quiere mejorar su relación con los gobernadores, creo que lo primero que tiene que hacer es devolverles lo que le ha sacado a las provincias en materia de financiamiento. Quitar derechos e insultar no es la mejor forma de convocar al diálogo. El consenso se consigue respetando al otro, y eso es algo que hoy no veo en el presidente. El estilo confrontativo no conduce a nada, y menos a un diálogo como el que necesita el país.
-¿Cree que los gobernadores terminarán cediendo?
-No lo sé. Lo que sí sé es que nadie quería pelearse con el presidente. Cuando terminaron las elecciones la aspiración de todos era tener una relación normal de ayuda y colaboración entre la Nación, las provincias y los municipios, pero el presidente cortó todo. Ni siquiera mantuvo el diálogo con gobernadores que a priori le eran afines, como el de Chubut. Por eso digo que no sé si los gobernadores no están un poco cansados de tanto destrato.
“Por otro lado, todos sabemos que el factor económico es fundamental para llevar adelante políticas públicas. Desde ese punto de vista, siempre hay posibilidades de llegar a un acuerdo. Sin embargo, no es lo mismo llegar a un consenso usando la billetera que tratando de llegar a un entendimiento mediante el diálogo. Son dos caminos muy distintos”.
-¿Le sorprende la demonización de gobernadores e intendentes por gastar fondos en fiestas populares o la contratación de artistas?
-Lo que me llama la atención es el desconocimiento total que hay sobre el tema. Las fiestas populares no son un gasto, sin una inversión en cultura, en diversión, en eventos que se relacionan con nuestras costumbres, nuestro acervo popular, que nos llenan de alegría y orgullo. Desconocer eso, como también el movimiento económico que generan, es no entender aspectos centrales de nuestras tradiciones.
“Además, hablemos con franqueza: el problema del gasto de la Argentina no son las fiestas populares o dos o tres gerencias de Aerolíneas Argentinas que este gobierno eliminó, sino los intereses de la deuda que hay que pagar año tras año. Ahí se van miles de millones de dólares. Esto es lo que hay que explicar con detalle, porque si no parece que el culpable de todos los males del país es un gobernador o un intendente que hizo una fiesta y contrató a un artista popular, mientras que el que endeudó al país es inocente”.
-¿Cómo ve al gobernador Axel Kicillof en este contexto?
-Firme. Es un gobernador bien parado, comprometido, seguro de lo que quiere para la provincia. La gente lo percibe, y por eso el justicialismo ganó en 85 municipios el año pasado.
-¿Está preocupado por esta situación?
-Como lo estamos todos, por supuesto. Él mejor que nadie sabe lo que significa para los bonaerenses el recorte de fondos que está implementando la Nación en detrimento de la provincia de Buenos Aires.
-Usted planteó como uno de sus primeros logros en la Cámara de Diputados la aprobación del endeudamiento que solicitó el Ejecutivo para este año. ¿Se está evaluando como medida complementaria la emisión de una moneda provincial como en su momento fue el Patacón?
-No, hasta ahora no. El gobernador seguramente tiene un plan b si la situación se agrava, pero no se ha planteado recurrir a una cuasimoneda.
“En nuestra provincia se da una situación que a mi juicio será clave para afrontar lo que vendrá: hay diálogo y búsqueda constante de consenso con la oposición, que es seria y responsable. El Pro y el radicalismo gobiernan en varios municipios y saben mejor que nadie que, si buscamos que al gobernador le vaya bien, a todos los intendentes también les va a ir bien. Y la izquierda e incluso los libertarios también están a la altura de las circunstancias, más allá de las diferencias”.
-¿Cómo se siente en lo personal con la responsabilidad de conducir la Cámara de Diputados?
-Es una responsabilidad muy grande que me llena de orgullo. Trato de responder todos los días de la mejor manera. Me alegra que hayan buscado para el cargo a un hombre del interior, proveniente de un distrito pequeño como Monte Hermoso, priorizando mi experiencia en los distintos estamentos de gobierno y, fundamentalmente, mi buen diálogo con la oposición.
“En la Cámara me encontré con un gran equipo que integran dirigentes como Facundo Tignanelli, cuya capacidad me sorprendió, Juan Pablo de Jesús, Gervasio Bozzano, Alexis Guerrera y todos los legisladores del bloque justicialista”.
-¿Se lleva bien con la oposición?
-Tengo un buen trato con todos, más allá de las diferentes posturas que podamos tener. Yo soy un hombre de la política, y como tal creo que el diálogo, la unión y la empatía son imprescindibles para avanzar. Creo que todos los que creen en la política lo ven así, sean del partido que sean.
“Llevándose todo el mundo a las patadas no se puede gobernar. Por eso digo que ojalá el presidente reflexione, ponga punto muerto y meta marcha atrás. Uno entiende que hay cambios que hacer y nadie niega que es necesario achicar el gasto público, pero el tema es cómo. La situación exige gradualidad. Al ritmo que hoy se hace el ajuste, se está creando una Argentina para pocos, con recesión, pérdida del empleo, desaparición de pymes y destrucción del salario. Esto ya lo vivimos y no lo queremos más”.
-¿Cómo analiza la actualidad del justicialismo? ¿Se está reacomodando tras el traspié electoral?
-Eso se va a dar, sin dudas, pero primero hay que asumir los errores propios y entender qué hicimos mal. A partir de allí, hay que volver a gestar un proyecto que enamore a la gente. Tenemos que reiniciarnos, apelando al diálogo, el consenso y la idea que tenemos los peronistas acerca del rol del Estado. Tenemos que pensar bien qué pasos debemos dar para que la gente vuelva a creer en nosotros para gobernar el país.
“En la Cámara me encontré con un gran equipo que integran dirigentes como Facundo Tignanelli, cuya capacidad me sorprendió, Juan Pablo de Jesús, Gervasio Bozzano, Alexis Guerrera y todos los legisladores del bloque justicialista”.“Por supuesto que será un trabajo arduo en una coyuntura difícil y en medio de una economía que no está bien, pero hay que hacer el esfuerzo de volver a tener un gran proyecto nacional que nos convoque y contenga a todos. A partir de allí, se verá quién puede encarnar el liderazgo de ese proyecto”.
-¿A quiénes ve liderando ese proceso? ¿A Kicillof, Máximo Kirchner, la propia Cristina Fernández?
-Axel es un gran gobernador que va a tener que sostener a la Provincia en un contexto difícil, y a quien todos vamos a acompañar. Máximo es quien va a dar la batalla en el Congreso para que los derechos conquistados no se pierdan, poniendo freno a locuras como la Ley Ómnibus. Además es el presidente del PJ bonaerense, y desde ese lugar seguro que va a acompañar al gobernador. Sin dudas ambos son actores principales, como lo son otros dirigentes y gobernadores del peronismo. Sergio Massa, por ejemplo, que puso el cuerpo en un momento difícil.
“Y Cristina es la líder del proyecto, siempre presente para aconsejar, para mostrarnos el camino”.
-¿Incluye en esta lista a peronistas como Guillermo Moreno o Miguel Ángel Pichetto?
-Moreno recrea el modelo del peronismo tradicional, pero a Pichetto no lo tengo en consideración. Si bien es un dirigente de experiencia, no se puede olvidar que dejó al PJ para irse con (Mauricio) Macri.
-Más allá de lo que dijo sobre gestar un proyecto y luego pensar en futuras candidaturas, su reciente elección como presidente de la Cámara de Diputados permite ubicarlo entre los dirigentes bonaerenses con potenciales aspiraciones a la gobernación. ¿Ha pensado en esa posibilidad?
-¿Ser gobernador? Bueno, por supuesto. Cualquier bonaerense que se dedique a la política con pasión y compromiso sueña con ser gobernador. Que un dirigente como yo, proveniente de un distrito chico del interior, llegue a un cargo de tal magnitud sería para mí un sueño hecho realidad.
-Lo ve posible…
-No lo veo imposible. Con un buen equipo de trabajo y un proyecto acorde a la importancia de la provincia de Buenos Aires, se puede. Tengo experiencia como legislador, como funcionario y en el que yo considero que es uno de los cargos más difíciles, que es el de ser intendente.