Acallados los ecos, algunos eufóricos y otros no tanto, del acto eleccionario del pasado domingo, comenzará el análisis más meditado de los resultados que dejo la elección.

Uno de los puntos a considerar por los estrategas de las distintas fuerzas serán los números que arrojó cada localidad.

Sin lugar a dudas, las dos más llamativos son el amplio triunfo de Cambiemos en Villalonga, donde obtuvo más de 1.000 votos de diferencia sobre su inmediato perseguidor, Unidad Ciudadana, y la derrota por escaso margen del oficialismo en Carmen de Patagones donde el ex intendente Ricardo Curetti le saco 363 votos a Castronovo. La diferencia obtenida aquí por el partido gobernante, a la postre, le dio el triunfo en el distrito.

Ambas situaciones dejan en claro que nuestra ciudad ha cobrado un protagonismo que, para los que habitamos esta bella ciudad, no lo es desconocido pero que siempre fue ignorado, a veces adrede, por los candidatos que apuestan todo a la ciudad cabecera.

Hoy más que nunca y repitiendo lo del 2015 cuando decidió una elección ejecutiva, Villalonga volvió  a mostrar su potencial. Ya no solo de crecimiento económico, urbano, deportivo o social, sino también político.

En este sentido, porque no imaginar que, dentro de dos años, nuestra ciudad vuelva a tener una candidata o candidato a intendente?.  El trabajo político que viene desarrollando María Ciccone y Fabio Bettinelli, traducido en importantes resultados electorales, avalan la idea.

Más allá de esta especulación que puede parecer prematura,  lo cierto es que de ahora en adelante, cualquier candidato del partido que sea y que tenga intenciones de llegar a la intendencia, deberá transitar las calles de la ciudad en búsqueda de un apoyo que ésta localidad no entrega fácilmente.