Aapresid Joven en Tornquist: cuando el cuidado del suelo es lo más importante
En el medio del paisaje del sistema de Ventania, y en una de las zonas más desafiantes para la producción agropecuaria, más de 210 estudiantes de una amplia región se reunieron en la Estancia H...
En el medio del paisaje del sistema de Ventania, y en una de las zonas más desafiantes para la producción agropecuaria, más de 210 estudiantes de una amplia región se reunieron en la Estancia Hogar Rodolfo Funke, a 15 kilómetros de la localidad de Tornquist.
La cuarta cita de estas características fue realizada por Aapresid Joven, una entidad de reciente creación que, en este caso, tuvo como objetivo mostrar a campo la existencia de la biología del suelo y su importancia respecto de la sustentabilidad y la sostenibilidad del sistema.
“Lo más importante, además de haber compartido un día excepcional en un lugar increíble, ha sido sembrar una semilla en cada uno de los chicos para que les haga el click de la sustentabilidad y empiecen a tener sentido crítico de los sistemas productivos”, sostuvo María Emilia Macor, presidenta de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (con orientación joven).
La jornada de día completo —denominada Mirando la historia, construimos futuro—, que tuvo acceso libre y gratuito, contó con la presencia de estudiantes de colegios secundarios de establecimientos agrotécnicos de diferentes colegios de la región cercana —y no tanto— del partido de Tornquist, desde Coronel Suárez hasta Azul.
El lugar elegido no fue casual para quienes siempre han predicado el sistema de siembra directa. Se trata del denominado monumento histórico.
“El equipo de Hogar Funke nos compartió el ensayo que posee más historia sobre la SD. Pudimos apreciar cómo es el manejo, qué desafíos tienen y cómo integran la tecnología en el sistema de producción”, sostuvo Macor.
“Para eso también se contó con las disertaciones de Luis Wall, investigador del Conicet, así como de Marcelo Arriola, que es socio de Aapresid, quienes nos explicaron cómo impacta la microbiología en la salud física o química del suelo”, sostuvo.
El monumento históricoOtras de las exposiciones —en el salón principal del lugar— estuvo a cargo de Cristian Kleine, titular de la Estancia Hogar Rodolfo Funke junto a su hijo Felipe, quien es miembro de Aapresid y ha vivido todas las etapas relacionadas con la producción agropecuaria.
“El encuentro fue muy interesante. Tuvimos la oportunidad de acercar a muchos chicos que estudian en los colegios agrarios para que observen un sistema de siembra directa respecto de uno convencional, en una experiencia que nosotros comenzar a implementar hace 38 años”, contó.
“Es importante ver de cerca a la SD, porque ahí uno integra a la raíz, que es la parte de abajo; a la cobertura, que está arriba, y es ahí cuando se fomenta la infiltración para asegurar que la planta tenga todo lo que precisa para el futuro rendimiento”, explicó Kleine.
También dijo que, desde la primera implantación, fueron observando las diferencias.
Asimismo, que todo siempre fue analizado por el investigador Juan Galantini, de la Universidad Nacional del Sur (UNS), quien hizo un estudio sobre materia orgánica que demostró que en convencional se pierden 11.500 kilos de tierra por hectárea y por año.
“En las calicatas, donde estuvieron Luis Wall y Marcelo Arriola, se apreció que la infiltración en SD es continua, así como que no sucede lo mismo en convencional”, añadió.
“Y también que se trata de un gran reservorio de agua, ya que esta es la diferencia cuando no se disturba el suelo”, explicó Kleine.
La jornada contó con la organización de representantes de las Regionales Guaminí-Carhué y Bahía Blanca, así como de directivos de Aapresid.
Las sembrados y la historiaEn otro tramo del encuentro se mostró la evolución tecnológica para la aplicación de la siembra directa desde la primera realizada en el lugar hace 38 años.
El productor Gabriel Marzialetti, quien es directivo de la entidad y pertenece a la Regional Guaminí-Carhué, explicó —de manera didáctica y pedagógica— el modo de trabajar de entonces (1986), con las sembradoras de aquella época (aún se conservan en el lugar), así como el diferencial logrado para la aplicación del mismo sistema, pero con la relevante actualización con innovación tecnológica.
Luis Wall no sólo es un reconocido investigador del Conicet, sino que ha sido protagonista de varios de los procesos productivos en Hogar Funke. Incluso, fue quien hace 7 años propuso cambiar uno lote de directa a convencional —y viceversa— sólo para medir las micro y la macro fauna y cómo van cambiando los canales, desde los micro y los macro poros.
“Entiendo que la atención de los chicos evidenció curiosidad por este tema”, sostuvo Wall, luego de las exposiciones en una de las calicatas, situadas a unos 5 kilómetros del casco principal de Hogar Funke.
“El solo hecho de que entiendan que el sistema puede funcionar de otra manera los obliga a repensar todo lo que están aprendiendo al incorporar un conocimiento que, a veces, es un dato más, pero siempre trato de que pase a ser central”, añadió.
Wall también se refirió a la importancia del denominado suelo vivo.
“Hay que interpretarlo como toda la vida que contiene el suelo; es decir, cómo se ve la fauna macro, meso y micro pero, sobre todo, lo que no se ve: los microorganismos, que son muchos y diversos”, sostuvo.
“A eso hay que agregarle las plantas, porque son las que, de alguna manera, curiosamente alimentan el suelo”, aseguró.
“¿Por qué? Porque uno tiene a pensar que ellas toman los nutrientes para desarrollarse, pero en realidad le devuelven al suelo mucho alimento, azúcares y aminoácidos a través de las raíces y no es porque desperdician, sino porque exudan hacia las raíces sustancia orgánica. Eso funciona como atractante y alimento de la microbiología que se asocia con las raíces y hace funcionar a la planta como pasa en la naturaleza”, explicó el investigador de La Plata.
Labranza y barbechoMarcelo Arriola, por su parte, es de la zona de Pergamino, pero ha trabajado no pocas veces en nuestra región semiárida y conoce las particularidades del lugar.
Los alumnos siguieron atentos la propuesta de mostrar que, en un sistema en el cual hoy se trabaja fuertemente, que es de labranza y barbecho, los suelos se siguen deteriorando.
“Con labranza lo que hacemos es una gran inyección de oxígeno en el suelo y una importante combustión de materia orgánica. Esto es, hoy se pueden adquirir nutrientes, pero no podemos comprar poros y a ellos los necesitamos para que haya una gran circulación de agua y crecimiento de raíces sin obstáculos físicos”, explicó.
“Lo cierto es que hemos perdimos materia orgánica de nuestro suelo y, de este modo, quedaron muchas partículas libres. Estos suelos son franco limosos y, al quedar de esa manera, se terminan generando capas compactadas, ya que cuando se acomodan provocan estructuras más densificadas que dificultan el crecimiento de raíces e, incluso, en muchos casos, hasta lo impiden”, manifestó Arriola.
“Con el barbecho se cree que no pasa nada y, en realidad, es nuestro suelo y lo que se está haciendo es respirar los 365 días del año perdiendo materia orgánica y generando la mineralización; incluso, con pérdida de nutrientes”, dijo.
“Sabemos que el nitrógeno es absolutamente móvil en el suelo y, si en el invierno tenemos nitratos que se fueron generando y, además, grandes lluvias, habrá un lavado y pérdida. Es decir, a veces hasta la mineralización hace que ni siquiera aprovechemos los nutrientes por el barbecho”, describió Arriola.
En el cierre del encuentro, desde la Dirección de Innovación Productiva, Extensión y Transferencia Tecnológica del Gobierno de la Provincia Buenos Aires se presentaron los proyectos lanzados desde el ministerio de Desarrollo Agrario con la intención de fortalecer el sector agropecuario.
“Estamos trabajando con especial énfasis en las Chacras Experimentales Integradas (CEI), ya que sabemos que allí se ratifican las propuestas de innovación y tecnología que surgen de los centros de investigación”, sostuvo Emiliano Cuciuffo, el titular de la institución.
“En este sentido, siempre decimos que el futuro es hoy”, añadió el funcionario bonaerense.
Una propuesta que suma adeptosLa propuesta de federalización del encuentro Aapresid Joven se ratifica, además, en un número cada vez más relevante de asistentes.
En la primera cita, en 2021 en la localidad de Salto, en la provincia de Buenos Aires, acudieron 50 jóvenes; en 2022, en Marcos Juárez se registraron 96 y el último año participaron 130 en Adelia María (ambas de Córdoba).
“Este fue en encuentro de mucha emoción. Y cada vez estamos más comprometidos, ya que desde el primero hasta ahora vamos aumentando el número de asistentes”, manifestó Macor.
“En este caso fue un desafío muy importante desde la logística misma, ya que cuando uno crece en volumen hay que organizarlo todo que la pasemos bien. Afortunadamente, así sucedió”, agregó.
“¿El próximo evento? No lo tenemos definido aún, ya que además debemos reunirnos para evaluar lo realizado aquí (por Tornquist), pero la idea es ir sumando lugares diferentes para compartir con los jóvenes”, aseguró la titular de Aapresid Joven, quien es oriunda de la ciudad cordobesa de Río Cuarto.