Riego por goteo subterráneo: un traje a medida para el sudoeste bonaerense
Más allá de las características errantes de las precipitaciones y, por encima del cambio climático, se suman las alternativas para la obtención del recurso clave en el desarrollo de los culti...
Más allá de las características errantes de las precipitaciones y, por encima del cambio climático, se suman las alternativas para la obtención del recurso clave en el desarrollo de los cultivos en la Argentina: el agua.
En este sentido, en la zona semiárida productiva del sudoeste bonaerense, en particular, tiene cada vez más aceptación la utilización del riego por goteo subterráneo que, si bien es apto para todo tipo de cultivos, posee una sustancial aceptación en trigo, maíz y soja.
“Debido a crisis hídricas recurrentes, en el año 2015 surgió la posibilidad de profundizar el novedoso sistema de riego por goteo subterráneo. Fue a través de una articulación público privada para dar respuesta a una demanda cada vez más instalada”, dijo el Ing. Agr. Daniel Iurman, director de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del INTA Ascasubi, en el distrito de Villarino.
“Por entonces la idea no era tan conocida. Y como se trataba de una inversión de un costo importante, la intención fue probarla en un campo experimental con el apoyo de la Asociación Cooperadora del INTA local”, agregó.
“Así entonces se proveyó de gran parte de la logística del ensayo por parte de la empresa, a fin de obtener respuestas respecto de la inversión a lo largo del tiempo de acuerdo con los distintos valores de implementación estudiados desde la Experimental”, explicó.
“Es decir, independientemente de los resultados, siempre es el INTA quien asume el costo del aprendizaje”, aseguró Iurman, quien egresó de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y está en el organismo desde 1998.
Rolando N. Anze, especializado en las áreas de horticultura y riego de la EEA del INTA Ascasubi, ratificó la propuesta de la institución por mejorar la eficiencia en el uso del agua a partir de la gestión del recurso.
“El potencial del riego por goteo subterráneo es muy grande, sobre todo en algunas especies que tienen por estrategias determinado desarrollo radicular, como las pasturas y los cereales, entre otros”, aseguró.
“Los resultados son muy prometedores. Además, se aprecia que a nivel mundial es la tecnología que viene y eso se explica por la incorporación de más hectáreas”, añadió el extensionista.
“Lo interesante es que desde el INTA Ascasubi venimos trabajando y generando experiencia a escala semejante a la de un productor, algo que en la mayoría de las veces insume un tiempo importante cuando uno decide cambios en la tecnología de producción”, sostuvo.
“También hay que considerar qué va a pasar con este veranito en cuanto a la provisión de agua. Este año parece algo mejor, pero no sabemos qué sucederá de acá hacia el futuro”, comentó.
“En la medida de que falte agua, a este tipo de tecnologías las vamos a ver con un potencial cada vez más relevante”, concluyó Anze.
Eficiencia en el manejo del aguaEl Ing. Agr. Patricio Varela fue quien desarrolló el proyecto tecnológico de riego por goteo subterráneo en la EEA del INTA Ascasubi. Hoy es asesor independiente en administraciones agropecuarias.
“La propuesta consistió en instalar una tecnología de riego presurizado en un lote, al margen de lo que es el riego gravitacional típico de esta zona”, sostuvo.
“Para eso, mediante la vinculación con Netafim Argentina, se acordó que la firma proveyera el sistema de riego para dos hectáreas y el INTA pusiera a disposición toda la información acerca de cultivos y riego desarrollada a partir en los sucesivos años de experimentación”, explicó.
Varela agregó que la primera experiencia de riego se realizó en el año 2015.
“¿Conclusiones? Es un sistema que posee una gran eficiencia en la aplicación del agua de riego, así como en la conducción del sistema confinado de cañerías”, dijo.
“Un aspecto muy fuerte en este proceso está en la posibilidad del fertirriego. Es decir, a través del mismo riego se permite vehiculizar los fertilizantes”, indicó.
También dijo el investigador que, al permanecer la cinta enterrada, pero con una posición muy próxima a las raíces, existe muy poca pérdida del producto que se pretenda incorporar en el manejo.
“Gracias a esta eficiencia del uso del agua y de nutrientes es que se logran altísimos potenciales de rinde en todos los cultivos o, mejor dicho, rendimientos cercanos a los potenciales, como son los casos del maíz, del trigo o de las pasturas”, expresó.
El contexto actual de severas sequías como consecuencia del cambio climático ha incrementado las consultas sobre esta tecnología.Varela admitió que, si bien el riego está pensado para cultivos más bien extensivos, es compatible con otro tipo de producción.
“La horticultura es emblemática de la zona del INTA Ascasubi y, justamente, uno de los grandes desafíos era introducir este tipo de riego en la secuencia de cultivos”, amplió.
Respecto de la aplicabilidad en el sudoeste bonaerense, Varela señaló que es una alternativa viable, ya que se adapta muy bien por su alta eficiencia.
“Nosotros estamos en zonas con altos promedios en la velocidad del viento, de allí que el riego de estas características alcanza un desempeño muy interesante”, relató.
“¿Por qué? Porque no hay pérdida de agua, como sí sucede en otros sistemas de riego por volatilización o evaporación. Acá no hay chance de que eso suceda porque el agua va directamente por debajo del suelo”, dijo.
“Con cantidad y calidad de agua son sistemas donde se pueden obtener rendimientos altísimos intensificando la unidad de superficie”, aseguró Varela.
Como se trata de un sistema que implica una importante inversión inicial, el tiempo de amortización de un producto de estas características pasa a ser relevante.
“Los valores que tenemos nosotros calculados en cuanto a productividad nos da que el retorno se produce entre a los 3 o 3 años y medio”, aseguró.
“En este período han coincidido algunos testimonios de los propios productores en una gira sobre el tema que se hizo en 2023, cuando los mismos usuarios del sistema pusieron el tema en la discusión”, amplió.
“De todos modos, siempre se depende de múltiples factores, la mayoría de ellos relacionados con el tipo y los costos de inversión, en cuanto a los elementos, que cada productor pretenda encarar”, concluyó Varela.
En la Argentina se calcula que la cantidad de hectáreas implantadas con el riego por goteo subterráneo está cerca de las 30.000 (y que sólo en Córdoba hay alrededor de 10.000 Has.).
Sólo a los efectos comparativos, hay que tener en cuenta de que el riego por pivote central en el país, que también está en expansión, ya superó a las 500.000 hectáreas.
Clave: cantidad y calidad de agua“¿De qué se trata? Es una tecnología de riego que busca alcanzar la máxima eficiencia de todos los recursos productivos para producir alimentos sustentables”, dijo el Ing. Agr. Gerónimo Retamal, de Netafim, la firma que acordó con el INTA un trabajo conjunto para el desarrollo.
“La idea es producir más con menos a fin de aprovechar cada metro cúbico bombeado de agua y disminuir los costos energéticos para lograr rendimientos altos y óptimos”, añadió.
Respecto de las fortalezas, Retamal comentó que el sistema permite, por un lado, alcanzar la máxima eficiencia en la utilización del recurso agua en alrededor del 95 % de cada metro cúbico bombeado o utilizado en el sistema de riego.
“Por otra parte facilita la fertirrigación de los cultivos para aportarle a la planta el nutriente correspondiente, ya sea dentro de una estrategia diaria o semanal”, aseguró.
“Asimismo, el sistema aporta un ambiente húmedo en el canopeo”, sostuvo.
“Esto representa una menor incidencia de enfermedades y, además, es un factor que potencia el rendimiento”, agregó.
De todas maneras, Retamal admitió que la prioridad para un productor que decida apostar por este tipo de tecnología es conocer la cantidad y la calidad de agua disponible en los lotes del campo.
“Existen varios estudios que nos permiten acercarnos al valor, pero insisto: el paso inicial, y principal, es asegurarnos la cantidad y la calidad del recurso”, comentó.
“Luego se puede planificar un proyecto para cualquier superficie de cualquier campo, ya que el sistema se adapta a todo tipo de cultivos o de rotación”, sostuvo.
“Nosotros tenemos equipos instalados desde caña de azúcar hasta maíces, pasturas o alfalfas a lo largo y ancho del país. Esto es así porque lo permite la versatilidad del sistema, con el que se puede regar el 100 % de la superficie que incluye el proyecto del productor”, explicó.
Retamal también dijo que la tendencia por este tipo de riego es creciente y que todos los años los productores se van sumando.
“En el contexto actual de sequías severas se han incrementaron las consultas”, admitió.
Respecto del número de hectáreas que se pueden regar con este sistema, Retamal señaló que se deben hacer cálculos hidráulicos según la necesidad del cultivo y de acuerdo con la rotación prevista.
“Se establece una lámina objetivo que es, normalmente, de entre 4 y 6 milímetros diarios para aplicar con el equipo de goteo subterráneo. Eso equivale a 60 metros cúbicos por hectárea por día”, detalló.
“Pero ahí dependemos de la primera premisa, que es determinar la cantidad de agua, porque recién a partir de entonces se puede establecer la cantidad de hectáreas que se podrá regar con el equipo”, aseguró.
Un tema puntual a tener en cuenta a partir de la aplicación del riego por goteo está relacionado con el manejo, considerando la instalación en una zona semiárida pero con objetivos de producción de zona núcleo.
“Acá el productor se olvida del factor limitante que más lo perjudica en la producción agropecuaria, que es justamente la lluvia, o la disponibilidad de agua para los cultivos”, afirmó Retamal.
“Con una tecnología de este índole de riego presurizado de alta eficiencia nos olvidamos de las precipitaciones y de toda de la ansiedad que eso conlleva”, indicó.
El riego por goteo subterráneo también plantea desafíos, más allá de la incidencia de la inversión inicial.
“Como toda tecnología se requiere de un cierto mantenimiento en cuanto al estado de los filtros, que siempre deben estar en condiciones, y a una purga de todo el sistema que, generalmente, se realiza una vez al año”, concluyó Retamal.