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Regreso con el corazón lleno tras cuatro días de ayuda en Chaco

Audionota: Natalia MarinelliUn grupo de voluntarios de localidades bonaerenses, que incluyó a Bomberos Voluntarios, regresó a sus hogares con el corazón lleno después de...

Regreso con el corazón lleno tras cuatro días de ayuda en Chaco

Audionota: Natalia MarinelliUn grupo de voluntarios de localidades bonaerenses, que incluyó a Bomberos Voluntarios, regresó a sus hogares con el corazón lleno después de...

Audionota: Natalia Marinelli

Un grupo de voluntarios de localidades bonaerenses, que incluyó a Bomberos Voluntarios, regresó a sus hogares con el corazón lleno después de cuatro días de intensa labor solidaria en el Paraje Luján, partido de Almirante Brown, Chaco.

La misión tuvo como objetivo principal mejorar las condiciones de vida de la comunidad y uno de los momentos más emotivos ocurrió en la Escuela EE882, donde los voluntarios instalaron un sistema de bombeo solar sumergible.

Denis Pascal, de Sierra de la Ventana, voluntaria y vocera del grupo, compartió los detalles del viaje.

"Fueron días de muchísimo trabajo donde dejamos nuestra huella en la comunidad y nos trajimos más de lo que llevamos. Volvimos con el corazón lleno de amor y gratitud", declaró.

"Cuando instalamos la bomba, Ramona la presidente de la Cooperadora, lloraba a la par nuestra, abrazándonos y agradeciéndonos de manera permanente", contó Denis.

Cómo ayudar. Cualquier ayuda o donación comunicarse al 291 4712602 (Denis Pascal)

La instalación de la bomba solar no solo garantizó el suministro de agua para la escuela, sino también para las familias de la zona, algunas de las cuales viven a más de 20 kilómetros de distancia. Ahora, podrán abastecerse en la escuela, llenando y trasladando sus bidones sin tener que esperar a que llueva o a que llegue al camión cisterna, cada dos meses.

Este sistema, donado por miembros del grupo, incluyó una bomba solar de 300 watts, un controlador compacto y un panel solar de 270 watts. Funciona de manera autónoma durante las horas de sol y proporciona entre 8.000 y 12.000 litros de agua al día, dependiendo de la estación.

Cuando, luego de instalada, la bomba comenzó a funcionar el equipo, que ya estaba en la ruta, de regreso a casa, se llenó de emoción al recibir fotos de un charco de agua formado por el rebalse.

"No podíamos parar de llorar, festejar y abrazarnos al saber que en aquel lugar donde las temperaturas actuales superan los 30 grados, nuestros amigos, de ahora en adelante, contarán con agua", compartió.

El proyecto de los integrantes de Camino al Norte para el año que viene es llevar el agua hasta la cocina y los baños de la escuela para que no tengan que trasladarla en baldes.

"Tenemos planificado visitarlos durante un día y trabajar con más obras en el lugar", compartió.

Además de la instalación de la bomba, los voluntarios mejoraron los sanitarios de la escuela y colocaron griferías y accesorios necesarios para proporcionar condiciones de higiene dignas para los estudiantes y maestros.

"Cuando vieron los baños terminados, con inodoros, agradecían poder tener un lugar digno para que los peques puedan ir tranquilos sin tener que acudir más a la letrina", mencionó.

El desafío más grande fue ser equitativo en la distribución de los colchones, las camas, las cobijas y los acolchados porque había demasiadas necesidades.

"Jamás habían recibido ayuda y al ver tantas cosas los pedidos eran muchos y el desafío era discernir a quién darle y a quién no, tanto colchones como abrigo de cama. Optamos por dar a quiénes directamente no tenían o tenían alguno que estaba en pésimas condiciones", explicó.

"Un abuelo nos preguntó si teníamos un acolchado de sobra porque el suyo se lo habían regalado hacía 30 años y tenía varios agujeros y al estar casi contra el piso, sin cama, agarraba mucho frío", comentó.

Del viaje participaron 15 voluntarios que se dividieron tareas para optimizar el tiempo y los recursos.

Un grupo se encargó de la instalación de la bomba de agua, otro de los baños y el resto visitó los ranchos para repartir la mercadería y ropa.

"En algunas actividades participamos todos juntos, como en el acto del Día de la Bandera, donde preparamos chocolate para todos y fuimos más de 80 personas. También nos juntamos para ordenar la ropa, la comida y el agua que dejamos en la escuela", añadió.

Luego de visitar la escuela de Paraje Luján, el grupo se trasladó 150 km más al norte para visitar otro paraje donde vive el señor Quintero, un amigo de años y quien los esperaba junto a 11 familias, previo acuerdo con los voluntarios, para que reciban alimentos.

Los alimentos no perecederos y ropa de abrigo que se entregaron a las comunidades fueron fruto de las donaciones que cada voluntario recogió en su lugar de origen y que provino de manos solidarias deseosas de participar en esta iniciativa.

Participaron cuarteles de bomberos y vecinos de Tornquist, Coronel Pringles, General La Madrid, Bolívar, Junín, Necochea, Darregueira y participantes de Sierra de la Ventana,  Coronel  Dorrego, Monte Hermoso y Urdampilleta. 

"Hicimos una logística previa al viaje, donde tomamos contacto con el maestro del Paraje Luján y con Ramona la presidente de la cooperadora. Luego de varias charlas con ella, decidimos que ese sería el lugar porque nunca había llegado ayuda alguna y así fue. Estamos felices de haber tomado la decisión correcta, una comunidad muy humilde pero con unos terribles valores dignos de copiar", resaltó.

Para el año que viene planean llegar a una escuela que visitaron para dejar alimentos pero en la que no fue posible hacer alguna obra.

"Estaba dentro de la logística de este año pero no hicimos tiempo, si Dios quiere en el 2025 ese será nuestro destino", dijo la mujer.

Denis Pascal aprovechó para agradecer a todos los que hicieron posible esta misión.

"Gracias infinitas a todos quienes con su valioso aporte hicieron que nosotros lleguemos a ellos. Sin la ayuda de cada persona que donó, cada persona que trabajó y cada una que dedicó su tiempo, jamás hubiésemos logrado estos resultados tan positivos", afirmó.

Por último, manifesó que la comunidad escolar los recibió con los brazos abiertos y con amor y hospitalidad.

"El amor que nos brindaron, la forma de ser, la forma de vivir, la honestidad y la lucha diaria para salir adelante en el monte son el motor que nos impulsa a ir por más", concluyó Pascal.

La historia de Juan: una muestra de las necesidades que hay en Chaco

Juan, miembro de la Cooperadora de la escuela de Paraje Luján, casado y papá de una niña de 11 años, fue uno de los primeros en acercarse a los voluntarios para ayudarles a descargar el camión.

"Muy humilde y callado nunca dejó de colaborar con nosotros. En ningún momento pidió nada, solo ayudaba. Cuando empezamos a hablar con él nos contó cómo vivía con su familia y al día siguiente decidimos ir dos de nosotros a llevarle alimentos", contó Denis.

"Cuando llegamos nos encontramos con que vivía en una casa improvisada con palos y silo bolsa. Elvio, mi compañero, y yo no podíamos parar de llorar, no podíamos creer dónde y cómo vivían. En su interior había una cama de una plaza donde dormía con su esposa y su pequeña hija, con un precario colchón y una sola frazada", mencionó.

Se trataba de un espacio de 3 x 3, sin cocina, sin baño, agua ni electricidad, en el medio del monte y a 7 kilómetros de la escuela.

"Le llenamos el lugar con la mercadería, colchón, mesa y sillas. El último día decidimos ir seis de los integrantes y con el silo bolsa que teníamos le ampliamos el rancho", compartió.

"Juan trabajó a la par nuestra, cortó los palos del monte con nuestra ayuda y todos juntos lo terminamos. A pesar de eso, sigue sin tener baño, cocina y, por supuesto, no tiene agua", dijo.

Gracias a la intervención del grupo, que colocó una pantalla solar, en el interior del rancho ahora la familia cuenta con luz.

"Juan nos repetía una y otra vez lo agradecido que estaba y nos decía que por su familia él iba a terminar su rancho pero que iba a ayudar a otros vecinos también, porque la ayuda que recibió tenía que devolverla ayudando a otros", señaló la voluntaria.

Expresó que los voluntarios le habían dado en un día lo que a él le hubiese costado un año conseguir.

En el Paraje Luján, los voluntarios dejaron su huella y volvieron con corazones llenos de gratitud y con gran entusiasmo por seguir adelante con esta misión que lleva alimentos, obras y esperanza a donde más la necesitan.

Fuente: https://www.lanueva.com/nota/2024-7-6-5-0-0-regreso-con-el-corazon-lleno-tras-cuatro-dias-de-ayuda-en-chaco

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