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Nutrientes para el campo: cuando las soluciones se explican en modo complementario

El debate sobre la utilización de fertilizantes biológicos respecto de los químicos parece cada vez más resuelto en favor de una (coordinada) convivencia de ambos productos, tal como los propio...

Nutrientes para el campo: cuando las soluciones se explican en modo complementario

El debate sobre la utilización de fertilizantes biológicos respecto de los químicos parece cada vez más resuelto en favor de una (coordinada) convivencia de ambos productos, tal como los propio...

El debate sobre la utilización de fertilizantes biológicos respecto de los químicos parece cada vez más resuelto en favor de una (coordinada) convivencia de ambos productos, tal como los propios protagonistas del tema lo afirman cada vez que son consultados.

“Lo más atinado y prudente es complementarlos para potenciar niveles de producción en cantidad y calidad”, asegura el Ing. Agr. Gustavo González Anta, de Indrasa Biotecnología.

En tal sentido, sobre el impacto productivo de los bioinsumos dijo que, en razón de la calidad de las formulaciones, resulta muy interesante y que se encuentra al mismo nivel, e incluso superior, respecto de algunos químicos.

Si bien admitió que en algunas situaciones de manejo de determinados ambientes lo conveniente es realizar la sustitución de un químico por un biológico, también es importante pensar en forma sinérgica; es decir, para que la combinación de químicos y biológicos permitan aumentar la productividad.

Asimismo, González Anta definió dos grupos de fertilización biológica.

Uno a partir de microorganismos, que provienen de un extracto vegetal, animal o de algas y otro de moléculas que sirven para fijar nitrógeno, aumentar la solubilización de los nutrientes, mejorar el desarrollo radicular y el período vegetativo de las plantas.

“Por eso lo desafiante es combinar los fertilizantes biológicos con los químicos. Cuando se logra eso se puede aumentar la eficiencia de utilización del nitrógeno y mejorar la solubilización del nutriente”, insistió.

“A futuro vemos que cada vez se van a utilizar más células microbianas para la producción de diferentes metabolitos y moléculas que nos permitan mejorar el crecimiento de las plantas”, manifestó.

Respecto de la forma de evitar resistencias, comentó que los biofungicidas y bioinsecticidas son la mejor alternativa para manejar situaciones respecto de hongos y plagas. “Los productos biomutan como los hongos, van cambiando y controlando. La posibilidad de que aparezca resistencia de un hongo a un biofungicida es mínima”, indicó González Anta.

“Para el futuro imaginamos cepas microbianas modificadas genéticamente para corregir funciones metabólicas específicas. Y por eso decimos que la agricultura moderna es con biológicos”, aseveró.

De acuerdo con el propio especialista, el mercado de biológicos en el mundo es de 8,6 billones de dólares y se reparten en biocontrol el 56 % y en bioestimulantes y biofertilizante el restante 44 %.

“En la Argentina la perspectiva de crecimiento es mayor que en químicos. Mientras que el uso de biológico crece entre el 10 y el 12 % anual, el uso de químicos está con una expectativa de crecimiento de entre el 3 y el 5 % anual”, explicó.

También dijo que, de Latinoamérica, Brasil sigue siendo el país con mayor crecimiento de este tipo de tecnología, cuyo mercado se acerca a un billón de dólares en la campaña 2024/2025, siendo el 80 % de biocontrol y el restante 20 % de biofertilidad.

Los productos biológicos no son totalmente inocuos y por eso deben ser manejados y recomendados con receta agronómica.

Por su parte, Jorge González Montaner, de Aacrea y consultor privado, señaló que la utilización progresiva de los productos biológicos por sobre los químicos es una tendencia que va en crecimiento tanto por su potencial como por la incidencia en la sustentabilidad, lo que permitirá abrir mercado más exigentes por restricciones ambientales.

En este sentido, González Montaner destacó al hongo Trichoderma harzianum, que demostró respuestas superiores a los productos de síntesis química en cultivos de cereales de invierno. El especialista dijo que se trata de un hongo mágico que aporta vigor adicional a los cultivos, sobre todo a las gramíneas, y es una alternativa interesante para reducir gradualmente la aplicación de agroquímicos.

El Dr. Luis Gabriel Wall, bioquímico o investigador principal del Conicet, dijo que es necesario ir hacia modelos de transición que incorporen lo biológico.

“Hoy, el sistema es extractivista. Nos llevamos los nutrientes con la cosecha y necesitamos reponer nitrógeno o fósforo. Pero al hacer esa reposición, exclusivamente química, desaprovechamos todo lo que es biológico y generamos efectos colaterales en el suelo y en el ambiente”, sostuvo.

“Los biológicos funcionan porque modificamos el microbioma del suelo y eso hace que el cultivo se desarrolle mejor. La salud del suelo tiene que ver con las propiedades físicas, químicas y biológicas y eso se puede medir”, añadió.

“Un suelo saludable es consecuencia de una microbiología saludable. Su salud, porosidad y fertilidad no se logra con labranza ni con rastrojos, se hace con biológicos. Estamos actuando encima y lo degradamos, destruyendo lo más importante que tenemos: un suelo fértil”, explicó Wall.

El Dr. Martín Díaz Zorita, docente de la Facultad de La Pampa, coordinador técnico de Fertilizar e integrante de la Mesa de Nutrición Biológica Argentina, sostuvo que la adopción de la inoculación acompañó la expansión de sistemas de manejo de cultivos (SD), pero que está amesetada.

“Hoy tenemos el 80 % del área sembrada en la Argentina con algún tipo de tratamiento biológico. Los inoculantes con rizobios lideran el aporte del valor de mercado de los biológicos y constituyen el 62 % de los bioinsumos que se usan en el campo, seguidos por los bioestimulantes, cuyo uso viene creciendo”, afirmó.

“Llegó la hora de producir con biológicos. Ya no estamos probando si funcionan o no, lo que ahora queremos es aprovecharlos mejor”, dijo Díaz Zorita.

Por su parte, el Ing. Agr. Wenceslao Tejerina, titular de AgroEstrategias, una consultora privada dedicada al asesoramiento en nutrición de cultivos y especialista en bioestimulantes, dijo que el estrés abiótico (altas temperaturas, ozono, exceso de radiación, asfixia radicular, viento, heladas, salinidad o sequía, entre otras) es el responsable del 65 % de las pérdidas de los potenciales de las semillas.

“Mientras tanto, las plagas, las malezas y las enfermedades generan sólo el 11 % de esas pérdidas de potenciales. Por eso el uso de biológicos es esencial para lograr mayores rindes y mejores resultados”, señaló Tejerina.

Un punto relevante, que quedó expuesto en uno de los talleres durante el último Encuentro Nacional sobre Producción con Biológicos realizado en la ciudad cordobesa de Villa María, es respecto de la inocuidad.

En otras palabras, todos coincidieron en que los biológicos no son inocuos y que tienen mucha menor carga de toxicidad que un químico, pero al mismo tiempo que eso no significa que sean totalmente inocuos y por eso deben ser manejados y recomendados con receta agronómica.

Asimismo, sostuvieron que es necesario seguir trabajando en la capacitación de los agrónomos para el manejo de biológicos, en una responsabilidad que les compete a los Colegios de Ingenieros, a las Cámaras, a las empresas y a las universidades.

“Las decisiones sobre el uso de la tierra deben contemplar las múltiples funciones del suelo y no centrarse sólo en funciones individuales, ya que debemos tener un enfoque ecosistémico”, propuso la Ing. Agr. Silvia Toresani, directora de la Red de Calidad de Inoculantes (Redcai).

Díaz: “Biológico siempre que se pueda; químico cuando sea necesario”

“Siempre soy partidario de la frase ‘biológico siempre que se pueda; químico cuando sea necesario’. En este sentido, decir que vamos a encontrar soluciones biológicas para todas las problemáticas me parece demasiado ambicioso. Nosotros somos muy responsables, incluso en la compatibilidad con químicos, ya que sabemos que el productor los utiliza”, dijo Fabián Díaz, gerente general de Koppert Argentina.

“Con un mal manejo, el químico puede matar al biológico que se está aplicando, en forma posterior o simultánea, de allí que la complementariedad es importante”, agregó.

“Nuestra visión es que el porcentaje de soluciones biológicas va a aumentar de manera significativa. Pero no diría de ninguna forma en un 100 %, 90 % o aun 70 %. Hay problemáticas que se están investigando, como en herbicidas biológicos, donde nosotros tenemos algunas líneas, pero entiendo que esta no es una batalla dogmática”, sostuvo.

Por su parte, Joaquín Sosa, director regional Cono Sur de Acadian Plant Health, dijo: “Tanto con biológicos como con el actual perfil de fitosanitarios químicos, claramente trabajamos en conjunto y nos complementamos. ¿De qué manera? Tratando de minimizar incidencia, mejorar ventanas y rangos de uso y frecuencias de reingreso. Creo que nuestro objetivo está ahí, en cómo ayudar a la planta a defenderse de la mejor manera para producir mucho más”.

Ampliando el tema, Díaz dijo que la Argentina está viviendo un proceso de transformación biológica, tal como sucede en el mundo. “Lo que venimos notando es que el mercado de biológicos en el mundo tiene un crecimiento sostenido del orden del 15 % los últimos 5 o 6 años y en algunas geografías con mayor nivel de penetración como, por ejemplo, Brasil. ¿Nuestro país? Viene en un proceso paulatino”, sostuvo.

“Sí estamos viendo cada vez más una migración progresiva a tratamientos con mayores componentes de productos biológicos de fungicidas químicos a fungicidas biológicos. Estos productos poseen una serie de factores, pero uno muy importante: la calidad de los biológicos ha mejorado significativamente en los últimos años a través de mejor selección de cepas por mejores formulaciones que impactan en forma directa en su habilidad de control de patógenos”, explicó.

“Estos factores se van incrementando por una mayor conciencia de sustentabilidad, así como existen más restricciones en distintos mercados por moléculas que no están aprobadas en los negocios de exportación en algunos segmentos, o por un incremento de la resistencia a la cantidad de moléculas nuevas que se aprueban año a año”, aseguró.

Las declaraciones de Díaz y de Sosa se dieron en el marco del anuncio de la alianza entre Koppert Argentina, líder en protección y nutrición biológica de cultivos y Acadian Plant Health, una firma canadiense de alcance mundial en tecnología y ciencia bioestimulante.

Con sus productos Stingray y Envigro, ambos bioestimulantes a base de extracto del alga marina Ascophyllum nodosum, se obtiene un mayor desarrollo radicular y absorción de agua y nutrientes; vigor de la planta; tolerancia a estrés y potencial genético.

Fuente: https://www.lanueva.com/nota/2024-7-16-5-0-29-nutrientes-para-el-campo-cuando-las-soluciones-se-explican-en-modo-complementario

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