Le niegan salidas a un condenado por una trágica pelea durante un asado
Hace cinco años, en Carmen de Patagones, Alejo Javier Romero atacó con un destornillador a Roberto Luis González Lagos porque había mirado a su novia mientras compartían un asado y bailaban en...
Hace cinco años, en Carmen de Patagones, Alejo Javier Romero atacó con un destornillador a Roberto Luis González Lagos porque había mirado a su novia mientras compartían un asado y bailaban en una vivienda.
La víctima sufrió heridas en la cabeza que 21 días después provocaron su muerte, por lo que el agresor fue condenado a ocho años y medio de prisión por el crimen.
Pese al pedido de Romero, la Justicia local determinó que aún no están dadas las condiciones necesarias para que comience a gozar de salidas de la Unidad Penal Nº 4 de Villa Floresta, donde se encuentra cumpliendo la pena.
La Sala II de la Cámara de Apelación y Garantías de la ciudad rechazó una apelación del defensor oficial Eduardo Radanyi y confirmó la decisión del juez de Ejecución Penal N° 2, Onildo Stemphelet.
Los motivos
Los jueces Guillermo Petersen y Guillermo Emir Rodríguez indicaron “que la denegatoria del beneficio debe ser confirmada”, aunque por motivos diferentes.
Señalaron que en este caso se debe decidir a partir de lo reglamentado por la Ley de Ejecución Penal Nacional y que para acceder al beneficio el detenido debe estar incorporado al régimen semiabierto.
Explicaron que Romero se encuentra en una modalidad limitada, por lo que aún no alcanza la instancia requerida.
Por otro lado, consideraron que la presencia de “ciertos indicadores de tenor cautelar que emergen del informe psicológico” resultan “un valladar infranqueable” para la obtención de las salidas.
Los informes de los psicólogos de la cárcel de Villa Floresta y de la Asesoría Pericial “coinciden en las dificultades que aún mantiene para implicarse en los comportamientos desajustados de su vida, comenzando a interponer un trabajo reflexivo en torno a sus componentes de agresividad, con autocrítica limitada y con un discurso que no trasciende el plano manifiesto”.
Por ello, los camaristas ratificaron el rechazo al pedido de salidas transitorias realizado por el condenado.
La condena
A mediados de 2020 el juez del Tribunal en lo Criminal Nº 2, Eugenio Casas, sentenció a Romero en el marco de un juicio abreviado.
Para el magistrado quedó acreditado que el 2 de marzo de 2019, alrededor de las 6.30, en la vereda de un inmueble ubicado en la primera cuadra de la calle Mayor Linares, de la localidad maragata, González Lagos recibió golpes de puño y una herida punzante en el cráneo, la que le provocó una hemorragia interna y la lesión irreversible de centros nerviosos superiores vitales.
El agresor fue detenido por la Policía en las inmediaciones, secuestrando en su poder el elemento con el que atacó a la víctima.
Incluso, según se informó en ese momento, Romero intentó resistirse al procedimiento y los policías le dispararon una posta de goma para lograr reducirlo.
González Lagos fue trasladado al hospital Pedro Ecay, donde permaneció internado en la terapia intensiva hasta el 23 de ese mismo mes, cuando se produjo su deceso.
Testigos y relatos
Varias personas que participaron de la reunión declararon en la causa y describieron la forma en que se produjeron los hechos.
Una mujer dijo que la novia del imputado estuvo bailando con varias personas y que esa situación lo enojó, reclamándole a la víctima por haberla mirado.
Mencionó que el dueño de la casa sacó del lugar a su hermano y la pareja, y que poco después González Lagos también dejó el sitio, por lo que imaginó que se iban a pelear.
Siguió diciendo que salió a la vereda y observó el enfrentamiento.
Explicó que intentó separarlos y que al hacerlo recibió dos heridas en el brazo. También manifestó haber visto a la víctima tendida en el suelo, con sangre en el cuello.
Otra testigo relató lo ocurrido en término similares, mencionando que Romero tenía un elemento en una de sus manos, aunque no pudo identificar qué era.
También indicó que el fallecido solo utilizaba para defenderse el brazo derecho, ya que en el izquierdo tenía la movilidad reducida por una lesión anterior.
Dijo que lo invitó a pelear
Al declarar en la fiscalía, Alejo Romero dijo que tras la discusión en la casa de su hermano la víctima lo invitó a pelear. Comentó que González Lagos tenía “algo como un cuchillo o similar” y que en el forcejeó logró arrebatárselo, para luego quedar “como ciego”. Indicó que advirtió cuando la víctima se desvaneció y vio mucha sangre, por lo que se asustó y salió corriendo.
El acusado agregó que lo que tenía en la mano lo tiró mientras iba caminando y que el destornillador que fue hallado en su mochila no lo utilizó en el hecho.
“Esta versión de los hechos no se corresponde totalmente con la realidad de lo ocurrido”, afirmó el juez Casas en el fallo. Describió además que los testimonios de los testigos y el informe de las lesiones no se corresponden con lo relatado por el acusado.
El magistrado agregó también que ninguna persona sostuvo haber observado a González Lagos portar un objeto contundente o iniciar la pelea.