Kicillof reunió a Massa, Máximo y unos 80 intendentes para rechazar el decretazo de Milei
Fue una fuerte señal de unidad de Axel Kicillof para buscar apoyo ante el impacto que tendrá el ajuste en la provincia de Buenos Aires. El gobernador reunió en una reunión poco habitual a Máxi...
Fue una fuerte señal de unidad de Axel Kicillof para buscar apoyo ante el impacto que tendrá el ajuste en la provincia de Buenos Aires. El gobernador reunió en una reunión poco habitual a Máximo Kirchner, Sergio Massa, unos 84 intendentes y varios senadores y diputados.
Durante varias horas hubo planteos sobre cómo enfrentar los recortes de Javier Milei sobre los fondos discrecionales de la provincia y sobre las obras de los municipios. En paralelo se habló de una estrategia que permita frustrar el DNU que impulsa el nuevo gobierno para desregular de la economía.
Fue la primera actividad en la que participan Kicillof, Massa y Máximo tras el balotaje de noviembre en el que el peronismo perdió frente a Javier Milei. El gobernador aprovechó además para explicar el paquete de proyectos que enviará hoy a la Legislatura y que incluye un pedido para tomar deuda por 1.800 millones de dólares, una suba de impuestos que llegará al 300% en algunos ítems y una prórroga del presupuesto 2023.
"La situación es de abandono y orfandad por parte del gobierno nacional hacia las provincias", dijo Kicillof tras la reunión y explicó que él mismo se ocupó de decirle al Presidente que es responsabilidad del gobierno nacional fijar las pautas macroeconómicas, base sobre la cual se construye un presupuesto en Buenos Aires. "No nos dan ninguna estimación sobre inflación, sobre actividad económica, sobre los giros a las provincias", dijo el gobernador.
Kicillof sube los impuestos y quiere tomar deuda por 1800 millones de dólares
La reunión se da en momentos de tensión entre Kicillof y Máximo Kirchner. El gobernador señala al diputado por haberlo presionado para que sea el candidato a la presidencia y coparle las listas en la Legislatura.
Días atrás, el intendente Jorge Ferraresi (Avellaneda) dijo en un acto que "Kicillof resistió el embate de algunos que pretendían que no sea candidato a gobernador. Se plantó y ganó de manera contundente".
El hermetismo de la reunión fue extremo, al punto de que a los periodistas no se les permitió el ingreso a la Casa de Gobierno desde temprano. En las fotos, a Kicillof y Máximo se los ve separados por Verónica Magario.
Kicillof fue el primer orador. Le siguió Máximo y más tarde Massa, que recibió un fuerte aplauso de intendentes y legisladores peronistas cuando entró al Salón Dorado. Fue un reconocimiento a la campaña y a la elección de octubre que le permitió a muchos intendentes ganar en sus distritos y a muchos senadores y diputados ganar sus bancas.
Luego hablaron varios intendentes, que hicieron catarsis sobre el momento que atraviesa el país. Los discursos de los intendentes se hacían largo. En un momento el propio gobernador buscó darle un cierre a la reunión.
"La reunión todo bien, pero el panorama todo mal", dijo Mayra Mendoza al salir de Casa de Gobierno. Quizás algunos intendentes esperaban que Kicillof les transmitiera tranquilidad.
Federico Otermin, el intendente de Lomas de Zamora, también trazó un escenario oscuro. "Estamos en el séptimo círculo del infierno", dijo en relación al último de los infiernos de la Divina Comedia.
El presidente de Diputados, Alejandro Dichiara, evitó hablar con los periodistas cuando se escapó de la reunión para volver a su distrito. "¡Tengo que viajar a Monte Hermoso!", dijo. Vive a unos 650 kilómetros de la capital provincial, un viaje de más de siete horas.
Una muestra de que la reunión se convocó de urgencia: A Dichiara lo llamaron por la mañana cuando estaba viajando a Monte Hermoso. No trascendió cuántos kilómetros llevaba recorridos cuando tuvo que girar en U.
No es libertario, ni austríaco, sino un plan de ajuste clásico. Lo único nuevo es que es sin anestesia, es más profundo, más rápido y sin ninguna medida que contrarreste los efectos que tiene.
Un punto clave fue el diagnóstico: Kicillof dijo que se trata de un plan de ajuste clásico. "No es libertario, ni austríaco, sino un plan de ajuste clásico", dijo y explicó que consta de tres renglones: apretón monetario, apretón fiscal y devaluación.
"Lo único nuevo es que es sin anestesia, es más profundo, más rápido y sin ninguna medida que contrarreste los efectos que tiene", dijo.
Kicillof contó, al hacer un repaso de los recursos bonaerenses, que Milei le reconoció que está de acuerdo con que la coparticipación es injusta con la provincia de Buenos Aires y le dijo que está dispuesta a discutirla. Sin embargo, el Presidente le planteó también que se trata de un problema estructural y que "ahora no hay plata".
El gobernador enfatizó de todos modos que no sabe qué va a pasar con los recursos y con la obra pública que Buenos Aires recibe de Nación. "El problema es cuánto del ajuste quieren que lo paguen las provincias", afirmó.