Jóven de nuestra ciudad fabrica aisladores eléctricos sostenibles
Ryan Walter, invirtió US$ 200 y ahora busca inversores para comercializar su emprendimiento realizado con deshechos de silobolsas.
El emprendedurismo es un buen aliado de los negocios. Un caso es el de Ryan Walter que a los 12 años, que ya exploraba la mecánica y la electrónica y a los 14 compró un auto en mal estado para convertirlo, con las partes que podían ser reutilizadas, en un Buggy para la playa. Luego lo vendió y así concretó su primera experiencia. A los 19 años, con una inversión inicial de 200 dólares y en el galpón de su abuelo, dio vida a Polielectric, un proyecto centrado en la fabricación de aisladores eléctricos sostenibles para el campo a partir del reciclado de silobolsas, con origen en el sudeste de la provincia de Buenos Aires.
La idea inicial de utilizar tapitas de botella demostró ser funcional pero no escalable ni sostenible a largo plazo. Fue entonces cuando, gracias a la sugerencia de un conocido, Ryan exploró el potencial de las silobolsas como materia prima. A partir de ahí, desarrolló máquinas personalizadas para reciclar plástico de silobolsas y convertirlo en aisladores eléctricos.
“Arranqué con una inversión de 200 dólares. Con ahorros propios y en el taller de mi abuelo. Con pocas herramientas, pero las suficientes”, cuenta Ryan y agrega que, aunque era todo muy precario, logró automatizarse con “con cilindros neumáticos y resistencias de calefón para luego avanzar y pasar a resistencias industriales y accesorios más específicos para lo que es el rubro de la inyección de plástico y de productos plásticos”.
En cuanto a los beneficios del proyecto, Ryan destaca que el plástico utilizado, proveniente de las silobolsas, es muy flexible y duradero. “Tiene una vida útil de más de 40 años. Aparte de eso, el propio silobolsa tiene incorporado un protector UV que nosotros lo procesamos por default y eso nos da más protección en los propios productos”, dice y agrega que también le ofrece al productor pasar a retirar los residuos sin costo.
En un enfoque sustentable, Polielectric simplificó la cadena de producción eliminando máquinas típicas de los procesos tradicionales de reciclado. Optaron por un enfoque más directo y eficiente, transformando el plástico en cartuchos cilíndricos que se introducen directamente en la inyectora logrando una reducción del uso del agua y contribuyendo a la sostenibilidad ambiental.
“En lugar de pasar por diversas etapas de trituración, lavado y secado, nosotros optamos por un enfoque más directo y eficiente. Lavamos el plástico y lo transformamos en cartuchos cilíndricos, los cuales se alimentan directamente a la inyectora”, afirma Ryan.
También destaca que Polielectric aprovecha el 100% del plástico recolectado, evitando cualquier tipo de desperdicio en el proceso de inyección. Bajo esa perspectiva, la empresa propone abordar una problemática global, estimando que hay aproximadamente 55.000 toneladas de plástico de silobolsas desechadas solo en Argentina.
Con una mentalidad de startup y un compromiso con la innovación, Polielectric se posiciona como un agente de cambio en la gestión de los desechos plásticos a nivel mundial. “Con la ayuda de inversiones externas posiblemente podamos alcanzar la cuarta porción del mercado en menos de cinco años, que más o menos representaría unas 100.000 toneladas de plástico que podemos sacar de todos los campos del mundo”, dice Ryan.
Fuente: AgrofyNew y Polielectric