Granos: ¿cuáles son las razones de la caída de rentabilidad del productor?
De acuerdo con el último informe del Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) la inflación de noviembre se ubicó en un 2,4 %, en tanto la interanual alcanzó un 166 %. Sin embargo, la tendenc...
De acuerdo con el último informe del Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) la inflación de noviembre se ubicó en un 2,4 %, en tanto la interanual alcanzó un 166 %. Sin embargo, la tendencia del precio de los granos en la Argentina no refleja la misma realidad.
Según el cálculo de la variación interanual de las cotizaciones disponibles en pesos en MatbaRofex de los tres principales cultivos, en términos nominales el trigo registró un aumento del 38 %; el maíz, un 46 % y la soja, un 29 %.
Si dichas cotizaciones vigentes al 10 de diciembre de 2023 hubieran seguido la inflación (del 166 %), el trigo debería cotizar 390.000 pesos; el maíz, $ 332.000 y la soja, $ 612.000. Es decir, han perdido poder adquisitivo en un 48 %; 45 % y 51 %, respectivamente.
En este tramo del informe, realizado por la asesora de mercados agrícolas Mónica Ortolani en agroeducación.com, se concluye que la mayoría de los números relacionados con la producción de granos muestran el deterioro del poder de compra presente —y futuro— en la Argentina.
“Este preocupante fenómeno aplica tanto para los bienes y servicios generales de la economía, como para sus insumos e inversiones básicas”, aseguró Ortolani.
“Las estadísticas reclaman con urgencia ser escuchadas tanto por el propio sector como por el Gobierno, aun cuando está logrando revertir las causas de una inflación histórica, que nos acostumbramos a que nos deteriore y disfrace imperfecciones en la gestión”, agregó.
“Sin embargo, la realidad de la inflación del sector es otra, ya que los números reflejan la dramática pérdida del poder adquisitivo de los granos”, sostuvo.
También dijo que, desde lo profundo, se escucha un grito tan firme como desesperado de supervivencia respecto de la imperiosa necesidad de flexibilizar los derechos de exportación.
“Sabemos que no será suficiente y que no es la única flexibilización fiscal a implementar”, admitió.
“Aunque es la medida paliativa primaria y fundamental para que el principal sector generador de divisas genuinas recupere el aire”, añadió Ortolani, responsable de tonicaonline.com.ar
La voz de los númerosUna de las preguntas del millón pasa por saber qué ha sucedido con el poder de compra de los principales insumos.
En tal sentido, en la comparación interanual de los precios en dólares de los tres principales insumos claves para los cultivos ser aprecia que la urea y el fosfato monoamónico (MAP), principales fertilizantes que permiten mejorar los rendimientos, han disminuido sus precios en un 47 % y 20 %, respectivamente.
Mientras tanto, el glifosato, que los protege de las malezas, lo hizo en un 42 %.
“Sin embargo, cuando observamos las cotizaciones de los granos se desplomaron un 50 % el trigo; un 48 % el maíz y un 54 % la soja”, comentó Ortolani.
“En consecuencia, al calcular las relaciones insumo-producto sólo el maíz, en relación con la urea, mantiene prácticamente el mismo poder de compra, mientras que se necesita un 6 % más de trigo y un 14 % más de soja”, explicó.
“En cuanto al MAP, se requerirá un 61 % más de trigo; un 52 % más de maíz y un 73 % más de soja, siempre en comparación con la campaña anterior”, añadió.
Respecto al glifosato, indicó que se necesitará un 16 % más de trigo; un 10 % de maíz y un 25 % más de soja.
Uno de los ejemplos que se utilizan a modo comparativo para esta fecha respecto de un año atrás es sobre cuántas toneladas se necesitan vender para cancelar 100.000 dólares.
“En mayo comencé a hacer la cuenta resultando que, para cancelar esa cifra, un productor debe vender 268 toneladas más de maíz y 166 toneladas más de soja, que son aproximadamente 9 y 5,5 camiones (respectivamente)”, señaló.
“En otras palabras, un productor hoy necesita alrededor del doble de granos para cancelar sus deudas en dólares oficiales en relación a un año”, aseguró.
Por otro lado, de acuerdo al informe del mes de noviembre del relevamiento de expectativas de mercado (REM) emitido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que resume las estimaciones de los principales analistas locales y extranjeros, se aguarda una inflación anual del 29,4 %.
Ortolani dijo que si uno aplica las cotizaciones futuras de los granos, según MatbaRofex a este jueves 12 diciembre, un tipo de cambio futuro acorde a un crawling peg del 1 % mensual, se produciría el siguiente escenario:
—Como puede observarse, si las cotizaciones futuras en dólares se mantienen en sus niveles actuales y se aplica el tipo de cambio estimado, sólo el trigo se ubicaría en niveles cercanos a la inflación esperada, con un aumento de entre el 28 % y el 24 %. De este modo, mantendría su poder de compra.
—El maíz capitalizaría a tasas anuales en pesos de entre el 3 % y el 8 %, mientras que la soja al momento de la cosecha tendría un valor inferior a la posición actual. Sólo la posición de noviembre mostraría una capitalización de dos dígitos, alcanzando un 10 %.
¿El final puede ser peor?“En trigo, una nota del analista Carlos Gianni muestra cómo la oferta entre pase de anterior campaña y la actual acumularía 23 millones de toneladas, la segunda más abultada de la historia en la Argentina”, sostuvo Ortolani.
“Además, nuestro trigo cotiza entre los más baratos del mundo, pagándose menos que el ruso”, agregó.
También dijo que la mayor oferta por la producción desde la Argentina y Australia quita condimentos alcistas, al menos hasta que pase presión de cosecha.
“El maíz luce más seductor por una menor relación stock consumo internacional y un mayor consumo interno, casi a los mismos niveles que el saldo exportable”, definió.“En cuanto a la soja ya se derramaron litros de tinta sobre sus perspectivas pesimistas, que muestra una de las relaciones stock consumo mundial más altas de la historia: 32,7 %”, indicó.
Por otro lado, aseguró que la cosecha en Brasil se encamina a un máximo de 169 millones de toneladas y que, desde aquí, nuestros productores aportarían unas 53 millones de toneladas.
“Desde la demanda, China ya ha anticipado compras, protegiéndose de un recrudecimiento de la política de aranceles que implementaría Donald Trump en su nuevo período presidencial, en una gestión que abre interrogantes no sólo desde la geopolítica, sino también cuál será su política cambiaria y cortes en biocombustibles, que terminará afectando a nuestras cotizaciones”, explicó.
Asimismo, consideró que hay que empezar a ver al maíz y a la soja no sólo como fuentes de alimentos, sino también de energía. Y que el crecimiento de la oferta va a presentar un escenario desafiante para los productores.
“Los países menos competitivos son los que más van a sufrir ante un escenario de exceso de oferta”, aseveró la consultora de agrofinanzas y liderazgo de equipos en el agro.