El impacto del huevo: algo más que proteína de alta calidad
Con el paso del tiempo, se ratifica que el huevo se ha consolidado como una de las proteínas animales más sostenibles a nivel global al tratarse de un producto nutritivo y, además, sustentable. ...
Con el paso del tiempo, se ratifica que el huevo se ha consolidado como una de las proteínas animales más sostenibles a nivel global al tratarse de un producto nutritivo y, además, sustentable. Y no son frases de ocasión para aludir a sus beneficios. Hay argumentos:
—La biodisponibilidad y densidad nutricional que aportan los huevos mejoran en forma directa los resultados de la nutrición humana.
—Como alimento de origen animal ampliamente consumido, el huevo es elogiado por los importantes beneficios nutricionales, particularmente en términos de desarrollo y crecimiento humano, ya que resulta clave en bebés, jóvenes y mujeres embarazadas, así como en el entorno de familias en condiciones de vulnerabilidad.
—Los huevos contienen la proteína de la más alta calidad y 13 vitaminas y minerales que necesita el organismo para proteger y promover la salud.
—Las proteínas del huevo contienen los 9 aminoácidos esenciales para el organismo y la mejor puntuación de aprovechamiento. La calidad de las proteínas supera el 100 % para los huevos, en comparación con el arroz (37 %) y el trigo (45 %).
—¿Las proteínas? Se sabe que son fundamentales para la salud, ya que, además de integrar la masa muscular del cuerpo, forman parte de la sangre, las hormonas y los anticuerpos. Así, dos huevos de tamaño mediano proporcionan suficiente proteína para cubrir más del 30 % de las ingestas recomendadas (IR) de un adulto.
La pregunta es dónde está la Argentina en este concierto. Justamente, se trata de una población de extrema fidelidad, ya que se continúan incrementando los niveles de consumo.
El dato más reciente es de este octubre y se aporta desde la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia): en el país el récord ya es de 352 huevos por habitante por año, cuando en 2023 era de 336; en 2022 de 314 y, por citar la referencia, en 2002 era de 127 h/p/h/a.
Sólo dos naciones se encuentran por encima de la Argentina: México, con 392 huevos por habitante por año y Japón, con 377 h/p/h/a (a valores oficiales de 2022).
A tono con las nuevas exigencias respecto de la sostenibilidad y sustentabilidad en la producción de alimentos, y a instancias de la Capia, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) precisó —a través de un pormenorizado estudio— que la industria del huevo en la Argentina tiene una de las menores huellas de carbono y de agua en comparación con otras fuentes de proteínas animales.
Asimismo, este resultado se logró gracias a la incorporación de tecnología de vanguardia en el 80 % de las granjas avícolas del país, en un esfuerzo que posiciona al sector como un referente en prácticas ambientales responsables.
Más allá de las estadísticas sobre consumo y las bondades relacionadas con la salud, la actividad aviar relacionada con el huevo posee un fuerte impacto en la economía argentina, ya que genera fuentes de trabajo directo —e indirecto— para más de 32.000 personas en 18 provincias del país, con epicentro en Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba (es decir, un neto corte federal).
Desde la propia Capia se promulga que esta industria es determinante para el desarrollo de las economías regionales y el arraigo de las comunidades rurales, llevando trabajo de calidad donde se instalan las producciones.
En este sentido, desde la entidad se continúa reclamando por un paso vital para consolidar el crecimiento: la eliminación del IVA, algo considerado como distorsivo, ya que, aseguran, impacta en la competitividad. Puntualmente, el huevo está gravado con el 21 %, en tanto que otras proteínas lo hacen a la mitad: 10,5 %. Está claro de que una eventual corrección aquí impactará también en el precio que, hoy, llega al consumidor. Y sería otra forma de apuntalar el potencial de una economía clave del interior de la Argentina.
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