Criollo Patagónico: renovada apuesta para resguardar el acervo genético de la raza
Lo último sobre la raza bovina Criollo Patagónico, surgido desde la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ), es el na...
Lo último sobre la raza bovina Criollo Patagónico, surgido desde la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ), es el nacimiento del primer ternero de Yoli, la vaquillona que presentaron alumnos de la casa de altos estudios y del Centro Educativo para la Producción Total, el CEPT Nº 1 La Colonia, de Colonia El Salado, en el partido bonaerense de General Belgrano, en la última exposición de Palermo, que logró el primer premio en la categoría vaquillona ganado Criollo y el RC hembra.
De todos modos, se trata de una historia que comenzó hace 30 años.
“Este proyecto de recuperación y conservación es único. Creo que no hay ninguna universidad en el mundo que tenga algo semejante”, dijo el Ing. Zoot. Enrique Rubén Género, secretario de Planeamiento de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ y director del Programa de Recuperación, Conservación y Caracterización de Recursos Zoogenéticos argentinos.
“Acá logramos dos objetivos: recuperamos patrimonio ganadero argentino y, por ende, a estos animales para que los alumnos hagan su preparación preprofesional”, añadió.
Según se aseguró desde la institución, los investigadores destacan que, a partir del contacto con los animales, los estudiantes empiezan a entender cuestiones de la preparación, de la nutrición y de la preparación de los animales.
También que, como parte del plan de conservación genética original del bovino Criollo, investigadores, docentes y alumnos de Agrarias-UNLZ siguen desarrollando el proyecto para resguardar el acervo genético de la raza autóctona de la Argentina.
En este contexto, se realizó el trabajo de inseminación artificial con material conservado del banco de germoplasma de ejemplares Criollos.
Como Yoli pertenece a un plan de conservación, se eligió un toro (denominado Mandinga) para mantener la variabilidad genética y que estén —se detalló— representados los genes de la población original.
Tras este proceso, se produjo el nacimiento de un ternero de 22 kilos al nacimiento (tras nueves meses de gestación).
Se destacó, además, que se buscó mantener ese perfil como requisito para seguir con la genealogía presentada desde hace dos años en la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional en La Rural de Palermo.
La elección del toro para la inseminación se realizó a partir de estudios previos almacenados en una base de datos de bovinos Criollos, que contiene información por más de 30 años.
Se concretó con el material conservado del banco de germoplasma en el Centro de Inseminación Artificial Eolia, de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, que ya cuenta con certificado de marcadores genéticos extendido por la Sociedad Rural Argentina (SRA).
De acuerdo con los especialistas de la UNLZ, un dato en este proceso fue que discontinuó la tendencia de hacer servicio precoz a los 15 meses, más allá de las ventajas que ofrece en algunas razas.
“Si bien se conocen las ventajas del servicio precoz, en la misma raza hay evidencias que demuestran que no siempre adelantar un año el servicio o inseminación representa un ternero más en la vida productiva de los animales”, explicó la Ing. Zoot. MSc. María Victoria Topayán, quien es la directora del área de Mejora y Conservación de Recursos Genéticos de la Facultad de Ciencias Agrarias - UNLZ.
También dijo la investigadora que, a los 15 meses, las hembras aún están en edad de crecimiento y sus requerimientos nutricionales son muy elevados.
“Si a esta situación se le adiciona una preñez y una lactancia, la demanda nutricional por parte de su organismo será muy elevada y, muchas veces, difícil de cubrir”, añadió.
“Y tal situación repercute de manera negativa sobre las probabilidades de preñez al siguiente servicio o inseminación”, sostuvo.
“Es por eso que se decidieron respetar los tiempos de desarrollo de la hembra bovina, concretar el servicio a los 24 meses y no hacer uso de la precocidad típica de la raza”, indicó.
Respecto de la técnica de inseminación utilizada en lugar del servicio natural, Topayán explicó que la principal razón es que se dispone de un número muy reducido de machos puros patagónicos en edad reproductiva.
“De todos modos, contamos con un banco de germoplasma en el Centro de Inseminación Artificial Eolia”, dijo.
“Al poder disponer de dosis de semen de diferentes machos en el centro de inseminación fue posible elegir aquel que permita mantener un correcto número efectivo de la población”, aseguró.
Topayán egresó de la UNLZ en el año 2016 y, en 2018, integró el programa de becas para maestrías en Ciencia y Tecnología en el Reino de España del Bec.Ar. Entonces, inició los estudios de posgrado en la UAB y, posteriormente, en el área de mejora genética de la UPV.
En 2022 comenzó su carrera doctoral en la Universidad de Buenos Aires y, en 2023, resultó beneficiada con la beca doctoral Conicet para temas estratégicos.
La distinción de Palermo“Fue un premio al esfuerzo del equipo de trabajo”, dijo el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ, Ing. Agr. MSc, Néstor Urretabizkaya, a propósito de la última distinción tras la jura de clasificación de Palermo.
Yoli, la vaquillona Bety y el ternero Lunático fueron los premiados en la arena palermitana.
Los tres ejemplares de ganado Criollo Patagónico, preparados por estudiantes de la Facultad Ciencias Agrarias, en el marco del Programa de Conservación, participaron de la jura de la raza en la exposición rural y se llevaron todas las miradas y premios.
Yoli, en su segundo año, ganó en la categoría vaca el segundo premio y el reservado gran campeón bovino criollo hembra, mientras que Lunático obtuvo el primer premio en la categoría ternero macho y reservado campeón macho. Finalmente, Bety ganó el segundo premio en la categoría vaquillona.
“Este proyecto lleva casi 30 años en nuestra facultad y se basa en el mejoramiento genético de los bovinos criollos patagónicos que fueron capturados en la zona de los glaciares”, contó.
“Pueden soportar bajas temperaturas y el desafío es cruzarlos con animales británicos que nos otorguen una mejora en la calidad de la carne”, aseguró Urretabizkaya.
La raza bovina Criollo ingresó en la Argentina con la llegada de los colonizadores españoles en el siglo XVI pero, con la introducción de las llamadas especies británicas (Shorthorn, Hereford y Aberdeen Angus) fue relegada de la región pampeana y desplazada en la cadena de consumo y comercialización cárnica nacional.
El proyecto que desarrolla la FCA-UNLZ —con aportes relevantes de la Asociación Criadores de Ganado Bovino Criollo— procura reintroducir al ganado bovino Criollo en el circuito productivo.
La elección del toro para la inseminación se hizo a partir de estudios previos almacenados en la base de datos de bovinos Criollos.¿De qué manera? A partir del conocimiento que se ha logrado en la genética de esta raza adaptado naturalmente al clima, a la vegetación y a las pasturas en todo el país.
Justamente, este tiempo marca un hito en la investigación universitaria, ya que comenzarán a estudiar la evaluación del vigor híbrido en el cruzamiento de la raza Angus y bovino Criollo Patagónico, la heterosis materna e individual en este tipo de cruzamiento. (UNLZ).
De qué se trataLas principales características de ganado bovino Criollo Patagónico son:
—Se trata de un recurso zoogenético formado en la Patagonia, con las características biológicas que se requieren para vivir y producir en esos ambientes tan bellos, como duros y cambiantes.
—La diversidad de sus pelajes y su morfología (condición favorable para la producción extensiva patagónica) fue castigada por el mercado (que ha preferido utilizar razas uniformes).
—También en el ámbito académico existieron, y existen aún hoy, defensores de la uniformidad frente a la diversidad.
—Hoy sabemos que la evolución biológica es imposible sin diversidad genética y fenotípica y la producción animal (sobre todo la extensiva y en ambientes extremos y cambiantes) necesita evolucionar.
— Actualmente, el bovino Criollo se encuentra presente en todas las provincias patagónicas.
—En algunas provincias, hay poblaciones asilvestradas en áreas protegidas o tierras públicas y también existen productores privados que desarrollan distintos planteos productivos con bovinos criollos.
—La utilización racional de este recurso genético, considerando sus ventajas adaptativas, podría tener un importante impacto positivo en la mejora de la productividad ganadera de toda la región patagónica, mediante el aporte de genes y combinaciones de genes relacionados con la fertilidad, la rusticidad, la mansedumbre, la longevidad y todos aquellos atributos que requiere la especie bovina para desarrollarse en producciones extensivas con ambientes difíciles y cambiantes como ocurre en toda la región patagónica. (Fuentes: UNLZ y Rubén Darío Martínez, Bruno N. Carpinetti, Lisandro Ruiz Moreno, Rolando Solís).