Cayó el encubridor de Mangeri: cómo embarró la causa de Ángeles Rawson
Diez años pasaron desde el femicidio de Ángeles Rawson que conmocionó al país. Es que aunque el femicida Jorge Néstor Mangeri está preso y condenado a cadena...
Diez años pasaron desde el femicidio de Ángeles Rawson que conmocionó al país. Es que aunque el femicida Jorge Néstor Mangeri está preso y condenado a cadena perpetua, faltaba una de las piezas fundamentales para que el caso de la adolescente quede resuelto.
La pieza clave es un hombre de 62 años, ex policía y primo de la esposa de Mangieri: Cecilio Antonio Saettone que estaba prófugo desde el 16 de septiembre de 2022 cuando se dictó su captura y nunca se presentó a cumplir su condena. Estaba acusado de brindar falso testimonio en dos ocasiones y haber favorecido al femicida de Ángeles: primero recomendó a Mangeri que inventara que había sido golpeado por policías al momento de su detención.
Y la otra “manito” que le dio al femicida fue que ocultara las heridas que tenía en la cara (que se las había hecho Ángeles para defenderse) con quemaduras producidas por soda cáustica para que no fueran usadas como prueba para incriminarlo.
Los falsos testimonios que ayudaron a Mangeri se dieron en 2013 al declarar con el juez de instrucción Javier Ríos y en 2015 en el juicio del portero ante el TOC 9. Mintió sobre un encuentro que tuvo con Mangieri el 14 de junio de 2013 donde le habría recomendado aquellas dos tácticas para distraer a la Justicia.
El dato clave fue que esta charla, la tuvieron horas antes de que el portero terminara preso por el crimen de Ángeles, en General Pacheco. Y no solo mintió que la reunión fue corta, sino que mintió que le había dicho a Mangieri “te meto preso”, en caso de que él hubiera tenido algo que ver con el femicidio.
Sin embargo, la fiscal de la causa Mónica Cuñarro investigó hasta el último detalle y descubrió que lo que decía Saettone—que solo había tenido una charla de pocos minutos con Mangeri—era mentira: es que sus datos de la tarjeta SUBE dieron como resultado que duró al menos dos horas esa charla porque el femicida habría viajado hasta General Pacheco donde trabajaba en ese momento Saettone.
Quién era y qué soñaba Ángeles Rawson, antes de que Mangeri le arrebatara mucho más que la vidaCuñarro comprobó entonces que el prófugo ahora capturado tenía intenciones claras de “mejorar la situación procesal” de Mangieri a través de una “estrategia encubridora” para “darle una manito” al marido de su prima.
Al momento del femicidio, Saettone se desempeñaba como oficial mayor de la Policía bonaerense en la comisaría de General Pacheco y también vigilaba la planta de la automotriz Ford en esa misma localidad del partido de Tigre.
La detención
Hasta la jornada del 4 de septiembre de 2023, Saettone se movía tranquilamente en la localidad bonaerense de El Talar. Estuvo prófugo de la Justicia alrededor de un año y estaba siendo intensamente buscado por la Policía que lo interceptó en la vía pública del partido de Tigre.
Es que aunque la sentencia fue confirmada el 18 de diciembre de 2022 por la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional, la defensora de Saettone hizo lo imposible para que quede absuelto. Sin embargo, fueron rechazados por la Justicia de manera definitiva en 2022.
Fue personal de la División Captura de Prófugos de la Policía de la Ciudad quienes lo capturaron en un trabajo en equipo con la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri) de la Procuración General de la Nación que lo vieron salir con una sospechosa camioneta. Era una Volkswagen Amarok que no estaba registrada a su nombre, sin embargo, como ya estaba siendo investigado fue capturado rápidamente.
Ahora cumplirá prisión efectiva de 4 años por haber encubierto al femicida y “falso testimonio agravado”. Lo confirmó el juez Luis Salas del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1.
Qué le hicieron a Ángeles Rawson
El 10 de junio de 2013, el país se puso en vilo por la desaparición de la adolescente de 16 que desapareció de su casa en calle Ravignani 2360. En las pantallas de televisión de ese día solo se reproducía un video de Ángeles saliendo de su hogar a las 9.50 para asistir a clases de educación física, pero faltaba el video de ella volviendo a casa que nunca existió, el final fue macabro.
EL 11 de junio de 2013, Mangeri el portero se había tomado licencia por enfermedad por lo que nadie sospechó del trabajador del edificio. De hecho, no fue hasta muy entrada la investigación que Mangieri no fue sospechoso: ocupaba ese rol desde hacía 11 años, se mostraba siempre con buena predisposición y todos los vecinos y vecinas confiaban ciegamente en él, incluso su víctima Ángeles.
Pero ese 10 de junio de 2013 la historia cambiaría para siempre: según lo que los investigadores pudieron reconstruir, Mangieri se cruzó con Ángeles en el hall, la llevó engañada al sótano ya allí intentó violarla. Pero ante la defensa desesperada de la adolescente la ahorcó durante cinco minutos (además le fracturó cinco costillas, la clavícula derecha y una vértebra) por “miedo” a ser denunciado por la chica. Todo habría sucedido alrededor de las 10 de la mañana, coincidente con la última imagen que se vio de ella.
Luego de consumado el hecho, Mangieri arrojó el cuerpo con el resto de las bolsas de basura del consorcio que luego apareció en la planta del CEAMSE, en José León Suárez. Es allí que un trabajador, Leonardo Gelso entra en escena y fue el testigo clave que encontró los restos de la adolescente.
Dijo en su declaración que estaba acostumbrado a ver restos de carne de animales muertos, pero le llamó poderosamente la atención al presencia de lo que él intuyó que era “un chanchito”. Pero el hallazgo fue macabro y segundos antes de que el cuerpo cayera a una salida a un lugar común paró la cinta y confió en su intuición. Si no fuera por ese atisbo de conciencia, Mangeri seguiría en libertad y no habría rastros de Rawson.
A 23 kilómetros de ese hallazgo estaba Mangieri todavía en libertad. Era la última persona que faltaba declarar por su licencia por enfermedad. Su declaración fue la que lo hundió porque era dubitativa y confusa. De hecho, se empezó a poner nervioso y confesó que “odiaba a la Policía” y que al momento de la detención había sido golpeado por los oficiales. Es esta declaración la que finalmente lo lleva de ser testigo a sospechoso principal de femicidio.
Días después y ante la presión mediática y social contra su esposa terminó confesando el crimen: “Soy el responsable de lo de Ravignani 2360. Fui yo” y aclaró: “Mi mujer no tuvo nada que ver en el hecho”.
Así, Mangeri quedaba detenido oficialmente el de junio de 2013y nunca más volvió a obtener su libertad. Es que todas las pruebas cerraban: las lesiones en el cuerpo de Ángeles eran compatibles con las de un ataque sexual y la causa fue caratulada como “femicidio en concurso ideal con abuso sexual y homicidio agravado criminis causae”. Finalmente en 2015 se llevó adelante el juicio que terminó con la condena firme a Mangeri: prisión perpetua.
El femicida mejor portado
Mientras usted lee esta nota, Mangieri trabaja como fajinero en un el módulo 1, pabellón C del Servicio Penitenciario Federal I de Ezeiza. También estudia Trabajo Social en el Centro Universitario de Ezeiza (CUE) de la UBA. Según esa institución, que evalúa los alumnos cada tres meses, el femicida fue calificado en conducta con un 10.
Su buena conducta no es una novedad. De hecho, Jimena Aduriz, la mamá de Ángeles había dicho: “Nadie podía creer que fuera capaz de una cosa así. Lo queríamos muchísimo todos en el consorcio”. Es ella misma quien reconoció haber perdonado al femicida de su hija: “Gana más el que perdona que el perdonado. El perdón es una construcción y hay que construirlo día a día, para que no te ocupe espacio el rencor y el odio”. Y agregó: “Ojalá pueda tener una charla con él antes de partir. Ahora no estoy preparada para hacerlo, y sé que tampoco él va a reconocerse como autor del crimen”.
Si todo sale bien, Mangieri tendrá 80 años cuando sala de prisión en el año 2048 cuando ya haya cumplido 35 años de prisión