Carne vacuna: se prevé una caída del 10 % en faena (y producción)
“Ya con los datos firmes de los primeros siete meses del corriente año, puede proyectarse para 2024 una faena del orden de las 13 millones de cabezas versus 14,5 millones del año pasado. Esto e...
“Ya con los datos firmes de los primeros siete meses del corriente año, puede proyectarse para 2024 una faena del orden de las 13 millones de cabezas versus 14,5 millones del año pasado. Esto es, una producción de carne vacuna de unos 3 millones de toneladas anuales; unas 300.000 toneladas menos que en la última campaña”.
Lo dijo el analista de mercados ganaderos Ignacio Iriarte, a propósito de la actualidad del sector en la Argentina.
La comparación interanual indica un 10,3 % menos en la producción cárnica.
“Si tomamos los envíos a faena acumulados de enero-julio se aprecia que la oferta de vacas cae un 11,4 % con respecto de los primeros siete meses del año pasado, mientras que los envíos de vaquillonas se reducen sólo el 6,5 %”, aseguró.
En cuanto a los machos, en los siete primeros meses del año se reducen un 12,5 % los envíos de novillos y un 10,5 % los de novillitos.
“Interpretando estos registros podría decirse que la caída en la faena de vacas y vaquillonas es todavía insuficiente como para que deje de caer el stock de hembras, mientras que la notable baja en la de machos podría adjudicarse a la faena adelantada de novillos y novillitos en 2023 a causa de la sequía”, explicó.
En este mes de julio, los envíos a faena diarios del Documento de Tránsito Electrónico (DTE) del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), cayeron un 10,5 % con respecto al año pasado, momento aquel de sobreoferta ganadera a causa de la seca.
“En la faena actual se observa que todavía es alta la participación de vacas y vaquillonas, cuya oferta está aún bien por arriba de los niveles de equilibrio y del último año considerado, de algún modo, normal (por 2022)”, añadió.
También dijo Iriarte que los envíos de novillitos son muy inferiores a los del año pasado y su faena ya es igual a julio de 2022.
Por su parte, la oferta de novillos, de unos 13,2 miles de animales diarios, se ubica hoy un 12 % por abajo del año pasado y también un 12 % por debajo del último registro de 2022, un año que no fue de liquidación, ni de retención de stock.
Asimismo, detalló —en fifra.org.ar— que la participación de las hembras en la faena de julio, de un 49,1 %, es la segunda más alta de los últimos veinticuatro años para el mismo mes y se ubica, claramente, por encima de los niveles de equilibrio.
En otro segmento, Iriarte insistió que la caída del stock ganadero y de los nacimientos, a causa de la seca, serían más importantes respecto de lo que se venía calculando hasta hace poco.
Del mismo modo, que la industria exportadora sigue haciendo inversiones para obtener nuevas habilitaciones y lograr una mayor capacidad de faena.
También que la demanda internacional estaría pegando un salto, pero la oferta doméstica de novillos y vacas tiende a estancarse (si no a retroceder).
Precios y costosOtro indicativo del sector es que los precios de la carne vacuna en el último semestre registraron una recomposición del 24,14 %; los del pollo del 31,99 % y los del pechito de cerdo 6,06 %, de acuerdo con el informe de precios del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
En este mismo período, la inflación acumulada en enero-julio fue de 87 %, según informó el Instituto de Estadísticas y Censos (Indec), lo que demuestra a las claras —según Fifra— que las carnes tienen precios absolutamente competitivos. A la par, la menor actividad de faena con respecto al año anterior se consolida en torno a un 10 %.
En tal sentido, la menor producción se traduce en un mayor impacto de los costos pero, al no haber margen para su traslado a los precios de la carne, no queda otra opción que hacer ingeniería de costos y asumir pérdidas.
Si bien en el primer semestre del año hubo una baja interanual en la faena, en julio se registró un crecimiento respecto de mayo —que tuvo la misma cantidad de días trabajados— del orden del 6 %, ya sea para vacunos como porcinos.
Se podría considerar —según el informe— que el incremento en la operatoria da cuenta de una leve recuperación del mercado interno, que absorbe la mayor parte de la oferta de carnes. De todos modos, los precios siguen estables y para los meses próximos no se advierten cambios en la demanda, por lo que toda competencia desleal se vuelve tremendamente nociva para la industria formal.
Feedlots: los márgenes siguen deteriorándoseDe acuerdo con el informe mensual de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) sobre la situación del engorde a corral, a inicios del último mes las empresas tenían el 70,5 % de ocupación sobre su capacidad instalada.
Así entonces, según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en esas firmas hay poco más de 2 millones de vacunos en los engordes intensivos, un volumen que continúa siendo alto.
En el trabajo se indica que esta cantidad de ganado en los corrales implica que el mercado interno seguirá bien abastecido en los meses próximos y, en consecuencia, hay pocas chances de que mejoren los precios de la hacienda debido al debilitado poder de compra de la demanda local.
En tal sentido, el feedlotero Juan Eiras aseguró que no aguarda mejoras en los próximos dos a tres meses, aunque sí una recomposición en el cierre del año forzado por la menor oferta. De todos modos, indicó que es poco probable que los incrementos igualen la evolución de los costos.
Hay mucha hacienda en los feedlots que, de a poco, comienza a reducir en nivel de reposición porque baja la oferta de invernada, suben sus precios y, por lo tanto, las pérdidas crecen (ya que el valor del ganado para faena no acompaña).
Según ese informe, por cada animal liviano que va a la faena se pierden 40.000 pesos, lo que significa el 5 % de la facturación. Asimismo, que esas pérdidas crecen al 13 % (100.000 pesos) si se le agrega el costo financiero de la inmovilización del dinero.
Respecto de los datos a inicios del último julio, las cuentas dan mucho peor, ya que —se indicó— cambiaron variables clave del negocio.
Mientras el precio del ganado que sale de los feedlots con destino a la faena no se movió en las últimas semanas de los 2.100 / 2.200 pesos por kilo vivo, el de la invernada creció de forma notable. El precio por kilo vivo del ternero para engorde subió a 2.400 / 2.500 pesos y esa brecha negativa para los feedloteros llega al 20 %.