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Cambio climático: proyectan un aumento de las lluvias y la temperatura en la región

El incremento del régimen de precipitaciones y de la temperatura media en las próximas décadas en el Sudoeste Bonaerense podría provocar cambios significativos en la actual coyuntura productiva...

Cambio climático: proyectan un aumento de las lluvias y la temperatura en la región

El incremento del régimen de precipitaciones y de la temperatura media en las próximas décadas en el Sudoeste Bonaerense podría provocar cambios significativos en la actual coyuntura productiva...

El incremento del régimen de precipitaciones y de la temperatura media en las próximas décadas en el Sudoeste Bonaerense podría provocar cambios significativos en la actual coyuntura productiva de nuestra región, además de problemas en áreas urbanas con elevados índices de vulnerabilidad social e infraestructuras no adecuadas.

El panorama, preocupante de por sí, resulta de un estudio que analizó –entre otras cosas- un posible escenario a 75 años, hacia 2100, en el cual las emisiones de efecto invernadero continúen aumentando, con una dependencia constante y creciente de los combustibles fósiles junto con la falta de políticas efectivas de mitigación.

La investigación del Conicet tendió a analizar los cambios temporales y espaciales del riesgo futuro al cambio climático en nuestra región, para lo cual se consideraron dos escenarios de concentración de gases de efecto invernadero, de extremos opuestos: el RCP 4.5, que presenta un contexto de mitigación, en el cual las emisiones de gases de efecto invernadero se estabilizan y disminuyen gradualmente; mientras que el RCP 8.5 refiere a un ambiente de alta contaminación.

Para ello, se estudiaron datos climáticos como la temperatura y la precipitación, junto con otros sociales, como el índice de vulnerabilidad, planteando escenarios a corto, mediano y largo plazo (2030, 2050 y 2100). Los resultados expuestos permitirían que quienes toman decisiones, puedan utilizar la información para elaborar planes de manejo y medidas efectivas de adaptación y mitigación al cambio climático: es decir, proyectar políticas públicas destinadas a impulsar el desarrollo de sistemas productivos considerando la sustentabilidad climática.

Sin ir más lejos, se prevé que la temperatura promedio mundial durante los próximos 20 años supere un calentamiento de 1,5 °C. También se proyecta que la variabilidad y los extremos de la precipitación aumentarán en numerosas partes del mundo. En este marco, en la Región Pampeana se estima un incremento de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, reducción de la disponibilidad de agua dulce y cambios en el tipo y época de siembra y cosecha, entre otras cuestiones.

Los años no fueron elegidos al azar: 2030 está relacionado con la necesidad de establecer objetivos y acciones a corto plazo para mitigar el cambio climático; 2050 es un punto intermedio, vinculado a la planificación a largo plazo en sectores como infraestructura, energía y agricultura; mientras que 2100 se usa para proyectar los efectos del calentamiento global en caso de que se mantengan las tendencias actuales.

En este último caso, ante el escenario más pesimista, los resultados terminan siendo más que preocupantes: a 2100, la temperatura media anual regional aumentaría 3,4 °C, alcanzando 3,5 °C en los distritos del norte de nuestra región, como Guaminí, Adolfo Alsina y Coronel Suárez; mientras que, respecto de las lluvias, el milimetraje promedio anual se vería incrementado 70,3 milímetros. En este último caso, la mayoría de los distritos pasaron de un nivel de riesgo bajo a medio respecto del cambio climático; peor fue el escenario para la ciudad de Bahía Blanca, que quedó en la categoría de riesgo alto.

El informe elaborado por la doctora en Geografía Andrea Brendel, investigadora del Conicet y docente del departamento de Agronomía de la UNS, establece que el escenario RCP 8.5 representa un futuro con mayores emisiones de gases de efecto invernadero, en el que también se proyecta una alta población con un crecimiento de ingresos relativamente lento, bajas tasas de cambio tecnológico y escasas mejoras en el consumo energético.

“Las variaciones de la temperatura media futura no generaron un riesgo considerable en el área de estudio. En cambio, las fluctuaciones en la precipitación media futura causaron diferentes niveles de riesgo, siendo las más significativas hacia 2100 en RCP 8.5. Estos cambios pluviométricos tuvieron mayor impacto en las unidades administrativas con alta vulnerabilidad social”, explica.
Por ello, añade, es necesario elaborar planes de manejo del espacio y el diseño de medidas efectivas de adaptación y mitigación al cambio climático.

“Que aumenten las precipitaciones no significa necesariamente que sea algo beneficioso en términos agrícolas, dado que no sólo hay que analizar el analizar el monto anual sino como estas precipitaciones se distribuirán a lo largo del año. También se incrementará la temperatura, por lo que puede haber menos disponibilidad de agua al aumentarse la evapotranspiración. Además, esto también redunda en enfermedades fúngicas en el desarrollo agrícola, por ejemplo, debido a la mayor cantidad de humedad”, explica Brendel a La Nueva.

El incremento en las precipitaciones, que a fin de siglo sumaría poco más de 70 milímetros anuales en todo el Sudoeste bonaerense, tampoco asegura que las precipitaciones sean espaciadas a lo largo del año ni tampoco que en la zona de Bahía Blanca se pueda cultivar lo mismo que se hace en otros distritos de la región, como Coronel Suárez, por poner un ejemplo, dado que esto depende de numerosos factores.

“Todos esos milímetros podrían caer en dos días o bien distribuirse a lo largo del año –explica-. En general hablamos del Sudoeste Bonaerense como una unidad homogénea, al ser un área políticamente igual, pero climáticamente es distinta: en pocos kilómetros pasamos de un clima subhúmedo en Guaminí a, en unos 400 kilómetros, tener uno semiárido al sur, en Patagones. Los impactos no serán todos iguales”.

A esto hay que sumarle la cuestión vinculada a la torrencialidad de las precipitaciones y la erosión, lo que también generará consecuencias en muchos cultivos.

“En las ciudades, esto provocará escorrentías, porque los desagües pluviales no llegarán a drenar toda el agua. Para no llegar a esta situación es necesario incorporar mayor cantidad de espacios verdes y techos verdes, terrazas verdes, para amortiguar la escorrentía”, aclara.


El caso Bahía Blanca

Más allá del panorama que se avizora para todo el Sudoeste Bonaerense, hay una ciudad que -se entiende- va a tener un panorama aún más complicado, sobre todo por la cuestión vinculada a lo social: Bahía Blanca.

Esto se obtiene al cruzar la información climática con la social. En ese sentido, se explica que al aumentar el régimen de precipitaciones en un territorio que tiene un índice de vulnerabilidad social muy alto, el riesgo se verá incrementado.

“En este caso, no sólo se incrementa el monto anual de las precipitaciones, sino también la cantidad de eventos extremos por lluvias que pueden darse, y la sociedad no está tan preparada como para afrontar esos eventos”, explica.

Al respecto, señaló que el índice de vulnerabilidad -medido por el Indec- es alto en las grandes urbes. Puntualmente, en esta ciudad el problema surgiría a partir de un IVS alto (4) y de un fuerte incremento del régimen de lluvias.

“En el caso de Bahía Blanca, las problemáticas más importantes se localizan en la ciudad. En ella se destacan la dificultad de acceso a la vivienda propia y el terreno, el deterioro del medio construido, la pobreza, la inseguridad social, la vulnerabilidad y la saturación de los servicios básicos de la infraestructura, entre otros, que determinan un riesgo mayor”, aclara.

Por ello, Brendel considera que como normalmente las ciudades crecen a expensas de áreas no planeadas, muy seguramente el IVS también se incremente en Bahía.

“Tenemos un grado de vulnerabilidad muy alto, que hace que el riesgo se incremente aún más. Sin embargo, si estuviésemos en una sociedad que tiene medidas de adaptación a estos eventos, quizás las consecuencias no serían tan graves”, indica,

Al respecto, señala que la importancia de este trabajo es que las autoridades y actores sociales cuenten con una base para implementar medidas de adaptación al cambio climático y otras de mitigación para el planeamiento urbano.

“Es crucial para los tomadores de decisión conocer detalladamente el nivel de riesgo futuro ante el cambio climático en los distintos partidos que conforman el Sudoeste Bonaerense”, concluye.

Fuente: https://www.lanueva.com/nota/2024-9-29-5-0-18-cambio-climatico-proyectan-un-aumento-de-las-lluvias-y-la-temperatura-en-la-region

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