Aviación agrícola: la otra tecnología que siembra en las zonas más inhóspitas
La agricultura en la Argentina es un despliegue permanente de tecnología en búsqueda de mayor eficiencia y más rendimiento y rapidez con el foco puesto (cada vez más) en cuestiones de sustentab...
La agricultura en la Argentina es un despliegue permanente de tecnología en búsqueda de mayor eficiencia y más rendimiento y rapidez con el foco puesto (cada vez más) en cuestiones de sustentabilidad y sostenibilidad del sistema.
Así entonces, una de las etapas determinantes del proceso es la siembra a través de la aviación agrícola por las no pocas virtudes y capacidad para, por ejemplo, cubrir importantes superficies en tiempo récord, distribuir semillas de manera uniforme y, principalmente, acceder a terrenos de difícil alcance por otros medios terrestres.
Raúl E. Monferrer, de Aviación Agrícola Argentina, ubicada en la localidad de Benito Juárez, en la Sexta Sección y a 280 kilómetros de Bahía Blanca, lo ha explicado oportunamente de esta manera: “El avión es una herramienta muy importante para el campo, tanto como puede serlo un equipo terrestre, un tractor o una sembradora. La única diferencia es que no cualquier productor puede tenerlo en su establecimiento, ni está capacitado para usarlo por las habilitaciones necesarias y demás”.
¿Se trabaja más? “Claramente sí respecto de la siembra, porque cuando el productor evalúa costos y resultados advierte que le resulta muy beneficioso. De todos modos, entendemos que la receptividad se seguirá incrementando en la medida de que se conozcan todas las virtudes del sistema”, añade.
Más allá de las cuestiones productivas, desde la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca), una entidad sin fines de lucro creada para desarrollar, fomentar y difundir la denominada aviación agrícola, se ha puesto un especial acento en las aplicaciones eficientes para la reforestación y la restauración de regiones devastadas por incendios.
En tal sentido, se afirma que la aviación agrícola puede desempeñar un papel crucial en la recuperación de los ecosistemas y en la mitigación de los efectos de los fenómenos que se expresan, generalmente, durante los últimos veranos en nuestro país.
¿Cuáles son las bondades? Veamos:
—Una cobertura rápida y eficiente, ya que la aviación agrícola permite la siembra de grandes extensiones de terreno en un tiempo relativamente corto.
—Se pueden cubrir amplias áreas que serían inaccesibles, o muy difíciles de alcanzar, con métodos terrestres. Esta capacidad, particularmente, es crucial para una respuesta rápida después de un incendio, lo que ayuda a prevenir la erosión del suelo y la degradación adicional del sitio afectado.
—La distribución uniforme de semillas es otros de los beneficios, ya que los aviones agrícolas están equipados con tecnología avanzada que asegura una distribución uniforme sobre el terreno. “Incluso, la tecnología satelital disponible hace que el propio productor pueda controlar en tiempo real lo que se está haciendo, integrándolo completamente en la toma de decisiones”, explica Monferrer.
La uniformidad no resulta un tema menor y cualquier asesor agrícola lo comprende en su real dimensión. Sucede que es esencial para asegurar una germinación y un crecimiento consistentes, lo que aumenta las probabilidades de éxito en la restauración del ecosistema.
Desde la Fearca se sostiene que los pilotos pueden ajustar la altura, la velocidad y la dispersión de las semillas para optimizar la cobertura y minimizar el desperdicio. Esto es especialmente importante en programas de restauración donde los recursos pueden ser limitados. “Además, se puede planificar con mayor precisión porque no hace falta piso; es decir, se puede trabajar enseguida tras de una lluvia”, amplía.
—En razón de la topografía, o por la destrucción de caminos, muchas zonas afectadas por incendios son de difícil acceso. En ese sentido, la aviación agrícola permite el acceso a estas áreas sin necesidad de construir infraestructuras temporales, lo que reduce el impacto ambiental adicional y los costos asociados.
La utilización de aviones minimiza —se admitió— la necesidad de que los equipos de trabajo entren en las áreas afectadas, lo que reduce el impacto humano en estos frágiles ecosistemas. Esto es relevante en zonas donde la fauna y la flora procuran recuperarse y cualquier perturbación adicional podría retrasar el proceso de regeneración.
Asimismo, permite la dispersión de una amplia variedad de semillas, incluyendo especies nativas que son vitales para la recuperación del ecosistema. Esto no sólo ayuda a restaurar la vegetación, sino que también proporciona hábitats clave para la fauna local, promoviendo la biodiversidad y la resiliencia del ecosistema.
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LEYENDA
El dispositivo especial que permite la dispersión de las semillas para la siembra en campos argentinos. / Fotos: Archivo La Nueva.