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Es no vidente y practica arquería: La historia que emociona a los vecinos de Pigüé

Se llama Pía Foissac y tiene 16 años. Le prepararon una adaptación especial vía España para que pudiera entrenarse.

Pía fue a la Guarnición Militar de Pigüé a presenciar una muestra de tiro. Fue su primer acercamiento con la disciplina que hoy practica, a pesar de no contar con un elemento clave de la actividad: es no vidente.

Para quienes la conocen, es un ejemplo de superación y de integración. Hablan de que rompió “límites inimaginables”. Pía está permanentemente acompañada por su instructor José Luis Ferreyra, quien marcó que la joven registró progresos notables.En una nota realizada por el periodista Jorge Sandoval para Agencia Pigüé, Ferreyra contó: “A Pía la conozco de chica porque es vecina mía y sé que cuando se interesa por algo va para adelante siempre”.

En relación a aquella primera ocasión en la que se topó con el deporte, el instructor dijo:“Nos sorprendió. La ayudamos un poco, tiró, le encantó, se enganchó y comenzó a pedirnos que le permitiéramos venir al polígono”. Lo destacable del caso es cómo adaptaron la disciplina para que Pía pudiera practicarla. Ferreyra debió contactarse vía Facebook con una escuela de España que se dedica a la arquería adaptada para gente con capacidades diferentes, entre ellos, chicos no videntes.

Con respecto a eso, el profe explicó que “ellos me instruyeron un poco en cuanto a la manera de entrenarla y al equipo que hacía falta para que pueda tirar como corresponde. Y gracias a sus propios compañeros, de acá del Tiro, se hizo una colecta para comprar los elementos necesarios para que empiece”, confió.

Se trata de un trípode de los que se usan en cámaras de imágenes profesionales, al que se le adosa una varilla colocada en forma horizontal que se regula a la misma altura del centro del blanco para que lo tome como referencia. Cuenta con una base de planchuelas de hierro, en el que se apoya el trípode y que le indica el lugar en que debe ubicar sus pies para una correcta postura.

“El trípode tiene, en la parte superior, un apuntador, que se regula tanto vertical como lateralmente, y es donde apoya la mano al momento de abrir el arco y es lo que se calibra igual que una mira, pero desde la mano en lugar del ojo”, relató Ferreyra.

Pía comenzó a practicar hace un mes y medio, en principio con la ayuda de Ferreyra que la guiaba en casi todos los pasos, hasta que lograron contar con el apuntador que la ayudó para que pueda manejarse de manera autónoma y con muchos progresos.

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