Un reciente comunicado del Ministerio de Salud de la Nación detalló que hasta el 8 de abril se notificaron en el país 41.257 casos de dengue, de los cuales 37.914 adquirieron la infección en la Argentina. Los casos se presentan en quince provincias.

Por esta razón y para profundizar en la temática FM TIEMPO-97.1-Villalonga contactó a la Dra. Gabriela Piovano, infectóloga del Hospital Muñiz de la ciudad de Buenos Aires.

Piovano explicó que "el dengue es un virus que se trasmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti que es peri domiciliario, pone los huevos que se transforman en larvas en lugares con agua de lluvia, sobretodo. Vuela bajito y pica más a la tarde y a la noche”.

En ese sentido, la infectóloga detalló que "es difícil identificarlo. Tiene en su cuerpo segmentos de color blanco y negro y es similar a otros tipos de mosquitos".

Con respecto a la prevención destacó que "la idea es que no haya mosquitos. El descacharró, el uso de mosquiteros, cuidar los floreros y  los bebederos de los animales" son las principales acciones que se pueden llevar a cabo.

Por otra parte, consultada sobre la dinámica del brote describió que "inicialmente teníamos el tema de este virus a partir de los viajeros a zonas endémicas como Paraguay, Brasil, Bolivia y Venezuela. Por eso en el sur del país, por ejemplo, los brotes eran traídos por personas que viajaron a la ciudad de Buenos Aíres o al norte y desde ahí se contagiaron”.

Sin embargo agrego que "lo que sucedió hace unos años es la posibilidad de que los mosquitos que están infectados pongan huevos y las larvas estén el tiempo suficiente con calor como para seriarse y general miles de nuevos mosquitos que cuando piquen pueden trasmitir el virus a las personas y de esa forma tenemos lo que llamamos el dengue autóctono".

En cuanto a la sintomatología, la Dra. Piovano explicó que "como aprendimos con el coronavirus, tenés un porcentaje de la población que no va a tener ningún síntoma. Después otro porcentaje que empieza a evolucionar con un cuadro más físico que es una fiebre alta que dura más o menos cinco días, que es postrante, causa mucho dolor en las articulaciones y los músculos, dolor de cabeza, cansancio y puede ir acompañado de diarrea y vómito. El peligro mayor es la deshidratación, haciendo que se concentre la inflamación que causa el virus y eso puede dar un cuadro de mayor gravedad. No hay tratamiento específico, por lo tanto la prevención es fundamental”.

En ese sentido profundizó que "este cuadro puede avanzar presentando sangrado en las encías y manchas en la piel acompañado de un cuadro cutáneo".

También informó que además de la picadura del mosquito puede haber una nueva forma de trasmisión que tiene que ver con el embarazo y con la lactancia.

En cuanto a la población de riesgo indicó que "los más afectados son los mayores, los niños pequeños, las personas con hipertensión y las personas con problemas cardiovasculares, respiratorios y renales".

Variantes del virus y cambio climático

Con respecto a las distintas cepas del virus, Piovano detalló que "en Argentina estuvo circulando la variante 1 y 2. El contagio con una nueva variante puede causar una infección mayor y entonces de esta forma puede ser más invasiva y destructiva.

El mayor temor es que se vuelvan más frecuentes estos casos".

Por otra parte se refirió a la cuestión ambiental remarcando que " aquí se refleja el famoso asunto del cambio climático. Cuando políticos locales e internaciones están negando el impacto climático, lo estamos viendo con las temperaturas más elevadas durante mucho más tiempo, donde antes no pasaba. La Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo,  empezó con esto hace unos años y ahora volvió a explotar. Este año se junta el tema del clima con la ausencia del Estado que no asiste a las comunidades, verificando el tema del descacharro y ayudando a las familias para tener repelentes, mosquiteros".

Además se explayó indicando que "ahí lo que falta es un abordaje desde el Estado que tiene que tomar una actitud de regulación con el campo que  ha incurrido en una tala indiscriminada, la siembra de soja que destruye los suelos y nos deja esta situación de inundación y sequía, provocando pérdida de sembrados, animales y otros bienes".

Finalmente alertó destacando que “este tema recién está amaneciendo, no lo estamos viendo en su esplendor. Realmente esto requiere una respuesta regulatoria y en relación a la región. Este es un problema que no tiene fronteras. El cambio climático requiere una respuesta regional. Durante la gestión del macrismo cerraron los programas de control ambiental y esto debe revertirse”.

Audio: Gabriela Piovano