Locales/Regionales

El Morro: la historia de una ilusión perdida para los trabajadores de Patagones

Por RODRIGO AURRECOCHEA Abogado- Mat.Tº XX Fº49 C.A.B.B

La propuesta de desarrollar un conjunto de servicios turísticos en Carmen de Patagones ha suscitado opiniones divergentes entre los vecinos y sectores políticos locales desde que comenzó a tomar forma de manera pública, allí por 2019. La iniciativa, sancionada por el Honorable Concejo Deliberante de Patagones, consiste en ceder en precario, con opción a compra, un terreno de 3470 metros cuadrados a Nadir Construcciones S.A., liderada por Mauro Massaccesi.

Para aquellos lectores no familiarizados con la terminología legal, es menester aclarar que “ceder en precario” equivale, en síntesis, a otorgar una propiedad con condiciones como es el caso, no transfiriendo la titularidad . La propiedad a la que nos referimos aquí es un predio coloquialmente denominado "Morro", ubicado en la entrada de la ciudad, con una superficie , reiteró, de nada menos que 3.470 metros cuadrados y considerado uno de los lugares más valiosos de la zona.

En el convenio se establecía que, en un plazo de cinco años desde su firma, la empresa Nadir debía erigir un complejo turístico, con una inversión cercana a los 4 millones de dólares. Además, en ese lapso, tendría la opción de adquirir el terreno, cuyo valor debía ser actualizado con una nueva tasación. Otro condimento importante de este acuerdo es que, de manera muy conveniente para las partes involucradas, pero no necesariamente para el pueblo de Patagones, el Municipio y Nadir acordaron dejar sin efecto un litigio que se había iniciado años atrás entre ambas partes sobre la propiedad de los terrenos.

La secuencia a seguir puntualizaba que se debía aprobar la Ordenanza para que el Intendente pudiera firmar el convenio, que luego debía ser homologado por un juez; y a partir de allí Nadir podría tomar posesión del predio. Las razones que se esgrimieron desde el oficialismo a favor del proyecto eran “dar por terminado el conflicto” ya mencionado con respecto a estas tierras y el beneficio para Patagones, que “nunca tuvo una inversión de ese tipo”. Antes de continuar, deseo informarle al lector que tengo mis dudas que convenio haya sido presentado para su respectiva homologación.

Han transcurrido cuatro años desde la aprobación del proyecto y, a pesar de las promesas iniciales, aún no se ha colocado un solo ladrillo, ni se han generado puestos de trabajo. Esta situación ha causado consternación, impotencia y frustración entre los habitantes de Patagones; y ha generado cuestionamientos sobre la transparencia del proceso y los términos del acuerdo con la empresa Nadir.

Para que no quede duda alguna con respecto al flagrante incumplimiento de los objetivos, el acuerdo establecía metas y pagos por cada año transcurrido (cabe aclarar aquí que los valores consignados serían actualizados a la fecha de pago). En el primer año, se debía pagar un canon de $807.300 y realizar una inversión en ensayos de suelo y relajamiento, avance de conexión con costanera en un 50%, movimiento de suelo y ejecución de bases y fundaciones. En el segundo año, se establecía un canon de $1.009.125 e inversión en la estructura de hormigón armado del complejo. En el tercer año, se fijaba un canon de $706.387 y la inversión en la finalización de obra gruesa y cierre externo. Finalmente, en el cuarto año, se debía pagar un canon de $807.300 y realizar una inversión en la finalización de las instalaciones y el interior del edificio.

Actualmente, ante el incumplimiento por parte del privado, el Municipio se encuentra en condiciones de rescindir el acuerdo transaccional y recuperar la tierra, apostando a convocar a otro inversionista para que realmente avance en la puesta en valor de ese terreno tan preciado para los habitantes de Patagones. La necesidad de empleo en el partido es muy grande, y desperdiciar esta oportunidad de generar puestos de trabajo es un acto de desidia injustificable, que impacta gravemente en la comunidad.

Frente a ese hecho, verificable con los datos objetivos de las cifras de desempleo en Patagones, la actitud pasiva del Municipio es —cuando menos— sospechosa. A esto debe agregarse que, de darse un futuro juicio, la reparación con relación al daño podría quedar extinguida por no haber puesto en mora oportunamente al privado, ya que cualquier abogado que defienda los intereses de este último estará facultado para aplicar excepciones legitimas.

Es por ello que tanto el Intendente Zara como los concejales deberían hacer algo de forma urgente; pero su inacción no hace más que alimentar la teoría de que este “negocio” esconde mucho más de lo que se conoce de él públicamente. En lo que, a la luz de lo efectivamente ocurrido, podría calificarse como un insulto a la inteligencia de los vecinos de Patagones, el discurso del oficialismo afirmaba que este proyecto —cito sus propias palabras— “generará mucho trabajo en obra privada de construcción, puestos de trabajo directo e indirecto (…) Si por alguna razón no se realiza el emprendimiento, las tierras vuelven al Municipio”. Sin embargo, deseo reiterar que, al momento de escribir estas líneas, no se ha registrado ningún avance en la construcción del complejo turístico ni en la generación de empleo prometida.

En síntesis, lo detallado ut supra deja al descubierto no solo el desinterés del municipio en cumplir con una inversión que iba a enaltecer a Patagones, sino también el grave daño que causa al anular la generación de puestos de trabajo. Es necesario que las autoridades locales tomen cartas en el asunto, revocando el convenio y devolviendo la tierra a su estado anterior; una tierra de valor incalculable que es un símbolo de la historia de Carmen de Patagones. Y que, luego, les den lugar a alternativas de inversión que verdaderamente beneficien a la comunidad y promuevan el desarrollo sostenible de nuestro amado territorio.

Por tanto, es imperativo que los vecinos de Patagones despertemos y no nos dejemos engañar por las ilusiones que intenta vendernos el oficialismo, asumamos nuestra responsabilidad social y defendamos nuestros derechos. A través del activismo ciudadano y el seguimiento atento a las decisiones de nuestros representantes, es posible exigir transparencia, responsabilidad y compromiso en el desarrollo de proyectos de inversión y en la generación de empleo que, en última instancia, redundarán en el bienestar y progreso de toda nuestra comunidad.

 

Por RODRIGO AURRECOCHEA 
Abogado-Mat.Tº XX Fº49 C.A.B.B

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