Por Soledad Celiz
El 1 de Agosto se celebra el Día de la Pachamama, el día de la Madre Tierra. Es una ceremonia espiritual. El término Pachamama está formado por dos palabras de origen quechua Pacha que significa universo, mundo, tiempo y lugar; y mama que significa Madre.
La Pachamama es una divinidad andina relacionada con la tierra, la fertilidad, la generosidad, la protección y lo femenino. Su culto es sobre todo rural. Sobrevivió a la cristianización del continente desde pequeñas comunidades originarias rurales que aun hoy habitan gran parte de Sudamérica.
Durante todo el mes de agosto se realizan ceremonias de agradecimiento y ofrendas, ya que coincide con el inicio del nuevo ciclo agrícola. Es el corazón del invierno: los días son cortos y las noches largas, la vegetación esta seca y animales y humanos tienen más difícil su existencia. Todo parece estar agotándose pero, como cada año, todo vuelve a renacer. La celebración de la Pachamama consiste sobre todo en reafirmar nuestro imprescindible vínculo con la tierra. Esta divinidad no está en el cielo o en el olimpo, es nada más y nada menos, la tierra sobre la que pisamos, la que nos provée de alimentos a todos los seres vivos; también es la que genera sequías, terremotos, inundaciones y pandemias.
La ceremonia de la Pachamama tiene muchas formas. Varía de acuerdo al lugar y a quienes la practican, pero básicamente consiste en hacer un pozo y darle de “comer y beber” las diferentes ofrendas. Mujeres y hombres compartiendo sus alimentos y bebidas con la madre tierra agradecen por lo que ella les dio y le piden para el nuevo ciclo que comienza. La idea de la Pachamama nos lleva a pensar nuestro planeta como un organismo. Como tal, tiene un equilibrio que permite nada más y nada menos que vivir. Cuando ese equilibrio se rompe las consecuencias son nefastas para todos.
El culto viene de los pueblos originarios andinos, que ocupaban un vasto territorio desde Mendoza y Tucumán hasta el sur de Colombia, pero producto de las migraciones se diseminó por gran parte del hemisferio occidental. A nuestra ciudad llegó de la mano de inmigrantes del noroeste argentino y del hermano país de Bolivia pero hoy lo practicamos muchos que nos pertenecemos a estas comunidades. Más allá del trasfondo religioso, lo que hace presente en muchos lugares del planeta a la ceremonia de la Pachamama son los valores positivos que conlleva.
Hoy que una pandemia sin precedentes azota el mundo, es necesario reflexionar sobre qué relación tenemos con nuestro medioambiente, con la madre tierra, con la Pachamama.
Celebrar La Pacha es un encuentro con nuestros ancestros, con nuestra historia humana y con nuestra tierra. Esto solo puede hacernos mejores.
Estamos ubicados en un territorio en el cual la tierra es el sustento de muchas familias. Es momento de repensar lo que sucede a nivel mundial, es momento de escuchar y conectar con la tierra, con la naturaleza, y tomar conciencia.
Celebremos, respetemos y agradezcamos este vínculo con la Pachamama... ella muy bien sabe de escuchar rezos… y más aun de recompensas.
Ritual: tomar caña con ruda el primer día de agosto. Siete sorbos o tres tragos largos, en ayunas.
Ofrenda: hacer un pozo en la tierra, colocar ruda, romero, harina, azúcar, vino tinto o caña, legumbres, tapar el pozo y repetir al año siguiente.
-Si no tienen un lugar de ofrenda en su hogar y desean realizar la ceremonia, pueden agradecer a la Pachamama sahumando su casa.
Imágenes
Artista: Eliana Moreno
Instalación: “Agradecerte”
Técnica Mixta con materiales naturales.
Escuela de Arte Alcides Biagetti. (Carmen de Patagones)
Año: 2019