Crisis en la zona de riego
Alertan por el éxodo masivo de productores en el área de riego del río Colorado. Afecta principalmente al sector de la cebolla.
Desde las entidades del campo señalan que cerca del 50% de los chacareros dejan la zona. También advierten sobre una fuerte caída en el área de siembra.
Éxodo masivo de productores y una fuerte caída en la superficie destinada a la siembra de cebolla.
A meses todavía de que comience la siembra en el valle bonaerense del río Colorado, el descenso en el caudal del curso de agua, las escasas reservas del dique Casa de Piedra y las pocas nevadas en la cordillera ponen en jaque a la principal producción del sur de Villarino y norte de Patagones, y nada hace pensar que la situación pueda dar un vuelco de 180 grados en las próximas semanas.
Por ahora, las entidades que reúnen a los cebolleros no quieren hablar de pérdidas económicas, pero sí se refieren a una caída de hasta el 50% en la cantidad de productores para la próxima temporada, y de entre 5 mil y 6 mil hectáreas menos destinadas a la siembra. Este último número podría no ser tan importante en épocas en que se implantaban 25 mil hectáreas, pero adquiere un significado terminal si se recuerda que en 2019 ni siquiera se alcanzaron las 8 mil.
“Aún antes de la siembra, al ver los resultados de las primeras nevadas en las altas cumbres, ya podríamos hablar de un desastre para la zona de riego de Corfo”, dijo un importante dirigente y productor de aquella zona.
Desde el Consorcio Hidráulico del Valle Bonaerense del río Colorado hablan de un futuro “escalofriante” por la -casi segura- caída en la producción de cebolla y de la salida de muchos chacareros buscando mejores horizontes productivos.
“Por lo menos, un 50% de los productores de cebolla de nuestra zona ya se fue a otras zonas de riego dependientes del río Negro, como Idevi (Viedma), General Conesa y hasta General Roca; y el que no está allí todavía, está buscando un lugar para sembrar”, señalaron.
“Se fueron muchísimos (productores) de acá. Y en todas las restantes zonas de riego nos dicen lo mismo: hablan de gente de nuestra región buscando campos por aquellos lugares”, agregaron.
La caída superficie de siembra, estimaron, alcanzaría las 6 mil hectáreas para la próxima temporada, dejando no mucho más de 2 mil hectáreas en producción en comparación con el año pasado. Esto también podría significar una oportunidad para los que queden -advierten algunos-, ya que podrían contar con un mayor caudal de agua para riego y, posiblemente, mejores precios.
“Muchos chacareros también pueden ver una ocasión para hacer una diferencia; y varios van a apostar a eso”, se aclaró.
A partir del año 2010 se viene observando una caída en el nivel de reservas con que cuenta el dique Casa de Piedra. Semanas atrás, el embalse alcanzó su altura mínima histórica, con 268,81 msnm. Hoy está en 269,1 msnm.
Este éxodo, del cual ya se venía hablando en febrero, previo a la cosecha, encuentra su explicación en la crisis del río Colorado. En los últimos años las reservas de Casa de Piedra han caído en picada, lo mismo que el caudal que se entrega a los productores. Para paliar la situación, esta vez se decidió comenzar antes la veda de riego, adelantándola para marzo, y extenderla hasta los primeros días de septiembre, esperando que las nevadas acompañaran. Sin embargo, esto también ocasionó la imposibilidad de sembrar cebolla temprana y verdeos de invierno.
Por si fuera poco, la realidad volvió a golpear fuerte las expectativas de los chacareros: las primeras nevadas de este año estuvieron por debajo que las de 2019 y hasta llegaron más tarde de lo esperado.
Los productores no encuentran respuestas ni en el Estado ni en la Corporación de Fomento del Valle Bonaerense del río Colorado. Por ello, para estos días se está tratando de organizar un encuentro -virtual, claro está- del que participen representantes de ambos municipios, INTA, Corfo, instituciones intermedias y, si es posible, funcionarios del ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense.
Allí se buscará encontrar una salida a una situación, que, aclaran en pocas palabras, es terminal. “No sabemos qué puede pasar con esta zona si se cae la producción de cebolla”, aseguran.
Por si fuera poco, a todo esto se le podría sumar el inconveniente social, por la gran cantidad de personas que en la zona de riego dependen de la temporada de cebolla para sobrevivir gran parte del año. Esto supondría un gran problema a los municipios de Patagones y Villarino, que colaboran mucho en la manutención de estas familias fuera de temporada.
Algunos productores también señalan que esta es una posibilidad de cambiar la óptica de la región y apostar fuertemente por la ganadería. Aunque también advierten que esto no evitaría una repercusión negativa en las fuentes de trabajo y en el movimiento económico de estas poblaciones.
El riego volvería recién en la primera quincena de octubre
Un informe realizado por el Consorcio Hidráulico del Valle Bonaerense del río Colorado señala que el caudal estimado para este mes en el río se encuentra por debajo del límite inferior del esperado, y estimó que el riego podría recién empezar en la primera quincena de octubre.
“Anualmente se realiza un pronóstico de escurrimiento que establece un caudal promedio y dos límites que determinan, en octubre, una estimación del agua disponible para los usos de la cuenca. El promedio de junio, para los primeros ocho días, fue de 41,6 metros cúbicos, levemente inferior al valor mínimo pronosticado”, señala el documento.
Además, se estima que al finalizar la época de veda se podrían almacenar unos 100 hectómetros cúbicos en el dique.
“Este volumen tiene que cubrir las demandas de agua del valle de Santa Nicolasa, del sistema de Salto Andersen y de Corfo. El deshielo comienza a fines de septiembre y recién en noviembre el caudal alcanza valores significativos para poder abastecer la demanda de los consumos en toda la cuenca sin depender del agua almacenada durante la veda”, dice el texto.
En ese sentido, se explica que para tener una continuidad en la oferta hídrica del río Colorado, no se puede iniciar la temporada de riego hasta 22 días antes del deshielo.
“Por ello, el riego podría comenzar en la primera quincena de octubre, para dar una mayor seguridad en la continuidad en el abastecimiento de agua”, concluye el estudio.
Fuente:lanueva