Corría el año 1.996 cuando la Asociación Agrícola Ganadera decidía dejar de realizar su tradicional muestra agropecuaria, uno de los eventos más importantes del por aquel entonces pujante pueblo de Villalonga y una de las más destacadas de la región.

Una muestra que, durante tres días, reunía no solo a la gente de campo ávida de adquirir buenos vacunos y lanares, sino también a comerciantes locales y regionales, espectáculos artísticos, instituciones que eran invitadas a ser parte de la fiesta con sus stand y hasta alumnos de diferentes  escuelas  participaban de concursos de dibujos o pintura.

Toda una verdadera fiesta.

Sin embargo, y por razones que no vamos a analizar aquí, la entidad tomo la drástica decisión de suspenderla definitivamente.

Tuvieron que pasar unos largos 22 años(el año pasado hubo una muestra pequeña) hasta que, de la mano de una nueva y joven dirigencia, se decidiera sacar de la decadencia a la institución “madre” de la hoy ciudad de Villalonga.

En tres años, los logros son evidentes. Otros llevarán más tiempo. Pero lo concreto es que la institución y la ciudad recobraron uno de los eventos más importantes de su historia: la exposición de la ganadera como siempre se la conoció.

Es tan así que este fin de semana se volvió a vivir en gran parte aquel evento. Ya no en el tradicional predio que la entidad supo tener enclavado en plena localidad y que debió mudarse por el crecimiento demográfico del pueblo. Fue en las nuevas y amplias instalaciones ubicadas a la vera del canal Villalonga.

Allí, este último sábado y domingo y con un clima ideal, desfilaron cientos de personas en “la fiesta del campo en la ciudad” lema que se eligió para esta nueva etapa.

Espectáculos de artistas locales y de Bahía Blanca para los más chicos, más de 30 artesanos de la ciudad y llegados de la región, una obra de teatro organizada por la Casa de la Cultura, stand comerciales, instituciones educativas a cargo de la gastronomía ofreciendo tortas y agua para el mate, charlas técnicas por profesionales  del INTA, el infaltable asado del domingo al mediodía hecho por  Equino Villalonga y el tradicional remate de animales a cargo de la firma Héctor Alberto Bizet Consignaciones fueron los condimentos justos para que los asistentes disfrutaran de dos grandes jornadas.

Punto a parte para la organización. Todo se cumplió en tiempo y forma, destacándose el servicio que presto el CEPT 23 realizando un gran trabajo en el estacionamiento. Según se supo, 484 vehículos fueron ordenados cada día, estimándose en más de 4.000 personas las estuvieron en el predio.

Villalonga va recobrando y mostrando su potencial. En buena hora.

El remate

En cuanto a los números, todos quedaron conformes. Los organizadores, los vendedores y los compradores.

Había a la venta 150 animales entre vacunos y ovinos.

Según informo la firma Alberto Bizet Consignaciones, organizadora del remate, se vendieron 56 toros Angus y Hereford con un promedio de $126.300 siendo los máximos para los Angus un ejemplar de la Cabaña Don Enrique de Agropecuaria Don Pedro por el cual se abonó $170.000 mientras que para los Hereford el tope correspondió a un toro de la Cabaña Hue Calmayen de Enrique Villanueva por el cual se pagó $150.000.

En el rubro vaquillonas, el promedio fue de $48.300 siendo el lote más caro de Angus Negros el perteneciente a la Cabaña El Tigre de Raúl Ilgner con $55.000.

En cuanto a los ovinos, los carneros raza Merino Australiano promediaron los $15.105.

Audio: Víctor Hugo Vogel, presidente de la A.A.Ganadera, por FM TIEMPO