Muchos son los vecinos de la ciudad, vía redes sociales especialmente, que manifiestan su descontento por el mal funcionamiento de la oficina local del Correo Argentino.

Inicialmente, el inconveniente radicaba en la falta de personal, especialmente en el reparto.

Esto llevo a que el responsable del lugar pidiera el retiro voluntario tras la falta de respuestas por parte de la empresa ante los pedidos de más empleados para la mencionada tarea lo que provocaba un continuo atraso en la entrega de la correspondencia que, en muchos casos, contenían vencimientos e impuestos y que el destinatario debía pagar con recargo.

Luego hubo un despido, por razones que no se conocen, lo que hizo que la oficina se quedara sin personal y prácticamente acéfala por lo que la situación se agravó aún más quedando 8.000 cartas sin entregar.

Quejas por doquier, largas colas en el edificio aún sin terminar del correo, eran imágenes comunes días pasados.

Ante este panorama, la empresa decidió contratar a jóvenes foráneos a la ciudad para el reparto con el obvio resultado: al no conocer las calles y los lugares, la dejaban en cualquier domicilio. Y así volvieron los reclamos, esta vez mas airados.

Actualmente, el lugar es atendido por empleados del correo de otras localidades con asistencia de personas de la ciudad. Pero los reclamos continúan.

“Media hora haciendo la cola en el correo para que te atiendan. Después otros más para que encuentren un simple sobre. Te dejan el aviso de visitas para que te acerques, vas y pasa esto. Una verdadera vergüenza como se manejan estos locos”, escribió Danila en su Facebook.

Al comentario mencionado se sumaron otros como el de Soledad que opino que “son un desastre” o Pilar diciendo: “encima son unos maleducados. Cero organización”. Sin embargo hubo gente como Claudia que se lo tomo con más humor y preguntó “Alguien sabe dónde andan mis boletas?” o Alicia quién remarcó que “a mí me paso lo mismo. Vergüenza. Se extraña  Rubén” (por el anterior encargado).

Y a decir verdad, es cierto. Se extraña la atención de Rubén.